Desde mi regreso del otro lado, nada había sido sencillo. Los alumnos habían marcado sus claras diferencias y lo entendía. Mi tío había decidido ser franco con sus alumnos, cuando se reconstruyó el edificio principal hizo una reunión en el pabellón deportivo, habló alto y claro. Quería que todos supieran lo que había sucedido, a quien nos habíamos enfrentado y cual había sido el resultado de la contienda. Eso hizo que el instituto se dividiera en dos partes, unos creían que me había deshecho de una temible villana, mientras que otros creían que por mi culpa ella había ido al instituto y de no ser por mí, eso no habría sucedido. No podía darle la razón a ninguno de los dos, no me sentía la persona que había salvado a todos, en cambio la sensación de que la había atraído era muy real y eso me hacía sentir culpable y dolida.
En los pasillos también era fácil notar esa división de opiniones. La gente me saludaba o me evitaba de formas iguales, había ganado popularidad a costa de lo sucedido con mi madre, popularidad positiva y negativa. Sentí que alguien se acercaba por la espalda y me abrazaba con fuerza. Mi licántropo favorito.
-¡Mi loca trihibrida, has vuelto!-Su risa era contagiosa y me obligaba a olvidar.
-Hola lobito, ¿me echaste de menos?
Theo me abrazó, su abrazo era fresco y agradable, jamás había tenido contacto de ese modo con él, entendí que para él significaba mucho mi regreso, me lo comunicó sin palabras.
-¿Cómo no te iba a echar de menos? Sin ti el instituto se vuelve un tostón, no pasa nada interesante nunca.
Las miradas seguían puestas en mí, lo notaba.
-Max, es mejor que hablemos en otro sitio.-Theo puso la mano en su hombro y se miraron.
Notaban del mismo modo que yo, que allí había mucha gente en mi contra, mucha gente juzgándome y no quería enfrentarme a eso. Nos dirigimos a la primera clase, por suerte seguíamos yendo todos juntos, por lo que la sensación de protección se aumentó por mil. Max me puso al corriente de que no tan solo la gente que me odiaba me culpaban de lo de mi madre, sino que también tenía muchas chicas enfadadas por mi relación con Christopher, cosa de la que lamento decir que no pienso retractarme. Estaba dejando que esa parte saliera al exterior y aflorara, con ello podía dejar que vieran lo inevitable, que nos gustábamos y que habíamos pasado por mucho para llegar a estar juntos.
Emily se sentó a mi lado, evitando que Max lo hiciera y por lo tanto iniciando la tercera guerra mundial.
-Si quieres sentarte a su lado, siéntate a su derecha.
-Lo haría si pudiera, listilla, ¿o a caso crees que el colmillitos va a dejar que le quite su silla?
Quedaron en silencio, yo estaba de espaldas, pero pude notar que Christopher estaba detrás, mirándoles a todos.
-Buenos días.-Theo saludó con la mano mientras él tomaba asiento a mi lado.
-Buenos días.-Saludó en general.
-Tan frío como siempre.-Dictó Emily mientras se dejaba caer en su silla, Ismael no iría a clase a primera hora, por culpa de unos entrenamientos extra, así que le dejaba una hora para centrarse únicamente en la clase.
El brujo no le quitaba la vista encima al vampiro, que parecía entre nervioso y ansioso. No quise decir nada por miedo a ser causante de una nueva discusión.
La clase fue más complicada de lo que recordaba, había pasado mucho tiempo y ahora no entendía casi los temas ni de qué se trataban, tendría que esforzarme mucho para volver a ponerme al día si no quería repetir de curso.
Sentía su mirada en mí, no perdía ni uno solo de mis movimientos, creo que temía que al no verme me desvanecería de nuevo. Por un lado quería decirle que eso no sucedería, que me quedaría allí, con él. Pero sabía que no me creería del todo, sabía que en el fondo ese miedo era real y fundado.
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Renasci (Mortem 2)
FantasyAunque yo había regresado, ella también lo había hecho. Todos estábamos en peligro aunque no lo supiéramos, era peligrosa y volátil. Las brujas se habían levantado en pie de guerra y el instituto se estaba convirtiendo en un campo de batalla. Nuest...