Desde las charlas con los vampiros y los licántropos, la convivencia mejoró notablemente. El resto de alumnos fue consciente de ello, por lo que hablar con ellos resultó mucho más sencillo, no es que hubiera una gran cantidad de hadas, ninfas o duendes, pero sí me interesaba que todos supieran lo que pasaba, que todos fueran conscientes del peligro para poder estar sobre aviso. Las ninfas se mostraron reticentes, pero sabía que su temor venía en base a una característica de la especie, por lo que ante la batalla, si es que estallaba, estarían a pie de cañón, porque eran temerosas pero leales.
Las aguas revueltas del instituto eran perceptibles para todo aquel con un poco de percepción. Las brujas se sentían poderosas, habían retirado clases comunes para el resto de las especies a petición del consejo, mi tío no pudo negarse porque eran órdenes de arriba.
Por suerte para él, el hecho de que todos fueran conscientes de la situación le hizo todo un poco más sencillo, a pesar de ser un brujo, el resto de especies siguió manteniendo el mismo respeto que le tenían al principio, eso me alivió, en mi interior uno de mis mayores miedos es que se giraran en su contra.
Las manadas estaban más unidas que nunca, la división del comedor cambió por completo, dos mesas largas estaban repletas de toda clase de criaturas, lobos, vampiros, hadas y demás convivían en armonía y respeto, mientras que en las otras dos mesas las brujas mantenían su tensión y su nerviosismo.
Había salido de mi habitación y bajaba las escaleras cuando la vi.
-¡OLI!-Corrí escaleras abajo hasta llegar a su lado, la abracé muy fuerte.-¿Cuando saliste? ¿Por qué no dijiste nada?
-Era una sorpresa Ali Además no quería encontrarme con nadie por ahora.-Se separó un poco de mí y pude ver su brazo completamente vendado.
-¿Qué te han dicho?
-Las quemaduras son bastante profundas, seguramente me quede marca
-Oli lo siento
Ella se rió y negó con la cabeza.
-Ni te preocupes, las cicatrices están bien, me darán un toque de personalidad.
La abracé de nuevo.
-Te echaba de menos, hermana.
-Y yo a ti.
Nuestra unión no les privó de seguir a las brujas con sus planes, pondrían todo en orden aunque fuera a amenazas o extorsión y Sammy lo supo de primera mano.
-¡Perro! ¡Qué bien te veo!-El brujo le detuvo en el pasillo, era él, el que había atacado a Olivia, su hermanastro, apretó los dientes.
-Ricardo.
-¡Veo que me conoces!¡No sabes la ilusión que me hace!-Pasó su mano por los fornidos hombros del licántropo.-¿Sabes, me alegro de que mi hermanita esté contigo? Al menos tiene a alguien que finge que la quiere.
-Déjame en paz.-Gruñó.
-Si no digo nada malo, solo la verdad.-Se encogió de hombros.-Su propia madre la repudia por ser mujer y a mi padre no podría importarle menos su supervivencia, es más si desapareciera hasta nos haría un favor
-Como le toques un pelo.-Sam se abalanzó hacia él.
-Tranquilo chucho, tranquilo.-Se rió.-Si te portas bien nadie tiene que salir herido, todo se puede hablar.-Pasó su mano por el musculoso brazo del licántropo. Este le miró con asco y desprecio.- Alguien como tú no tiene nada que hacer con mi querida Olivia, mírala, la dejaste en enfermería durante una semana por ayudarte, ¿no te parece horrible?-Sam se tensó, el brujo sonrió.-Mira, es por su bien, no creo que seas bueno para ella, se merece alguien de los suyos, alguien que la entienda, que la comprenda, que no le haga daño. Tú en cambio eres solo un perro con tendencias agresivas. Tarde o temprano le harás daño, involuntario o no. Porque los tuyos son
Sam apretaba los dientes con tanta fuerza que el rechino hacía eco por todo el pasillo.
-¿Qué?-El brujo se quedó quieto, serio.-¿Son qué, Rafael?
Ambos se giraron, la bruja estaba en mitad del pasillo, su pelo blanco y su uniforme la hacían ver poderosa, invencible. El brazo vendado era un toque que producía esa sensación de con ella mejor no meterse.
ESTÁS LEYENDO
Renasci (Mortem 2)
FantasyAunque yo había regresado, ella también lo había hecho. Todos estábamos en peligro aunque no lo supiéramos, era peligrosa y volátil. Las brujas se habían levantado en pie de guerra y el instituto se estaba convirtiendo en un campo de batalla. Nuest...