Capítulo 29 Recuperación

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La recuperación fue lenta, casi todo el rato estaba sola. Había comenzado la semana, lo que significaba que todos estarían la mayor parte del día en clase. Muchas horas sola. La enfermera tenía que atender a otros alumnos, por lo que me terminaron por enviar a mi habitación, también para que estuviera más a gusto, mi tío pensó que la recuperación sería más llevadera en un ambiente conocido y con cosas que me pudieran distraer, como las series o los libros.

-Pero no pierdas de vista tus estudios.

Con aquellos cólicos era imposible centrarse en estudiar nada, solo pensaba en que quería que terminaran ya. Tras dormirme de nuevo, me desperté con muchísima hambre. Era cerca del mediodía y era muy probable que tuviera mi comida esperándome en la puerta.

La bandeja estaba destrozada, las rebanadas de pan estaban esparcidas por el pasillo y los huevos que ya eran revueltos, estaban mezclados con algo que no quería saber. Me agaché y recogí todo el estropicio lo mejor que pude. Los alumnos que había en mi contra cada vez iban más lejos, pero no iba a rendirme. Cuando tuve todo colocado en la bandeja, la metí dentro, para que no se armara más jaleo. Miré el pasillo y le vi allí, de pie.

-Hola.-Saludé.

Me miró en silencio durante unos segundos.

-Me tengo que ir.

-Adiós Christopher.

Cerré la puerta y me dejé caer de rodillas al suelo, no le entendía, primero me evitaba y ahora se presentaba en mi pasillo para mirar mi puerta ¿seguiría allí de pie? Entreabrí la puerta para ojear, pero ya no había nadie. No sabía si eso me dolía o me alegraba. Me levanté y recogí mi teléfono.

-¿Me podrías traer otra bandeja? Sí, no no, tranquilo, es solo que se me cayó, no no se rompió nada, vale, gracias.

Dejé de nuevo el móvil en la mesa y me quedé mirando mi habitación. Tenía tiempo de sobra para ordenarla y colocarla. Estaba bastante aburrida y necesitaba desconectar, había pasado la mayor parte de la mañana estudiando, aprovechando que la desintoxicación de sangre me daba tregua. Empecé por vaciar las estanterías. Estaba sacando el último libro cuando sentí que llamaban a la puerta. Corrí esperando que fuera mi comida, empezaba a morirme de hambre. Miré la bandeja, tenía absolutamente de todo, hasta un café con leche y un bol de fruta. L

Le vi escurrirse por las escaleras, no suelo confundir esos rizos negros.

Renasci (Mortem 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora