Capítulo 40 Lluvia tras el fuego.

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No podía soportar ver cómo todo sucedía ante mis ojos sin poder hacer nada. Necesitaba salir, necesitaba ir allí, no podía quedarme de brazos cruzados, pero le había prometido a Chris Cogí el teléfono, le llamé, una, dos, tres veces.

-¿Ali?

-Voy a ir.

-Es peligroso.

-Lo sé.

Se hizo un silencio prolongado.

-Vale.

Corrí escaleras abajo, necesitaba llegar lo antes posible.

-¡Levitate!

Salté desde la mitad del tramo restante hasta el hall, rodé sobre mi espalda y salí por la puerta principal. Podía oler el fuego, no era un fuego normal, era algo distinto, tenía cierto toque a azufre.

-¡Chris!

-¡Ali!

Corrió en mi dirección.

-¡Dile a Emily y a Theo que me sigan!

Era mucho más rápido que yo, así que enviarle como emisario era mi mejor baza. Emily miró en mi dirección y asintió. Ulises, Nina e Ismael hicieron que los estudiantes retrocedieran. Llegué al fin junto a los demás.

-¿En qué piensas?

-Dame tu mano.-Me giré hacia Theo y le indiqué que me diera la suya.-Tenéis que estar muy concentrados y repetir lo que diga. ¿Estamos?

-A tus órdenes.-Dijo Theo.

Nos alineamos delante de la fachada, cerré los ojos y tomé aire.

-Insolubilis Ingis.-Ellos recitaron a la par.- Flectere in conspectu meo verba.-Repitieron.-Ut auferet calorem tuum.

Sentí el cosquilleo en los dedos y una vibración en mi pecho al recitar la última parte del conjuro. Las nubes comenzaron a oscurecerse y juntarse en un mismo punto por encima de la edificación. Recitamos de nuevo el conjuro, pero esta vez con mucha más fuerza.

-¡Insolubilis ignis, flectere in conspectu meo verba. Ut auferet calorem tuum.

Primero fueron unas gotas, luego un pequeño relámpago que hizo estallar la tormenta. Sentí el agua caer sobre mi cuerpo y mojarme hasta los huesos. Mi energía salía por mis manos y me conectaba con mis amigos. Nuestros cuerpos estaban en sintonía. La llovizna pasó a chubasco para finalmente ser una lluvia torrencial. Largos surcos de agua se formaron en el suelo. Los alumnos miraban lo que sucedía con el aliento contenido.

Las llamas al fin empezaron a ceder, primero fueron unos centímetros, luego eran zonas enteras las que quedaban liberadas de su calor. Poco a poco desaparecían hasta no dejar rastro. Cuando la última lengua de fuego desapareció, soltamos nuestras manos. Miré a Chris que asintió y entró al edificio humeante. Me dejé caer al suelo de rodillas, agotada.

Primero vieron el enorme árbol y debajo de este a Olivia con la cabeza apoyada en el pecho del joven licántropo. Los vampiros les sacaron de los escombros mientras las profesoras de magia y hechicería comenzaban a recitar conjuros de purificación.

Ulises llevaba a la joven bruja en sus brazos, estaba tan pálida que cuando la vi pensé que estaba muerta y algo en mi por poco se pierde. Chris salió, entre Ismael y Theo llevaban a Sammy, asintió con la cabeza, todo estaba bien, podía respirar. Pero en mi pecho solo había un gran nudo que luchaba por estallar. Respiré hondo, me relajé y les seguí.

Renasci (Mortem 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora