Capítulo 25 La realidad.

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Gritó y yo solté un rugido más animal que humano. Ella me esquivó y levantó las manos de nuevo hacia mí.

-¡Expellere!

Esta vez me dio de pleno en el pecho, lanzándome contra la pared, sentí cómo la piedra crujía bajo mi peso. Grité con todas mis fuerzas.

Subieron las escaleras y me rodearon, pero yo solo podía ver gente de la que alimentarme, sangre deliciosa.

Ulises y Nina aparecieron y se quedaron de piedra, mirándome.

-Está perdiendo el control

-Tenemos que

Gracias a su distracción, conseguí soltarme, me impulsé con las piernas en la pared y me lancé sobre Sammy, que gritó mientras caíamos desde el segundo piso hacia el salón.

-¡No!-Olivia se abalanzó hacia la barandilla.-¡Levitate!

Sentí que mi cuerpo flotaba, se elevaba. Vi a mi presa alejarse de mí.

-¿Estás bien?-Sammy asintió, Olivia centró toda su atención en mí.-No sé si podré mantenerla así mucho tiempo.

Sentí más pasos, alguien se acercaba, percibí un olor a regaliz muy fuerte, gruñí.

-¿Qué está Alice?-Christopher me miraba con horror y sorpresa.

-Creemos que ha perdido el control.-Comentó Emily.

-¿Perder el control?

Ulises se adelantó y me miró desde la barandilla, si estuviera suelta les mataría a todos, me haría con la sangre de las brujas y luego

-Está teniendo la sed, seguramente se le hayan olvidado sus tomas

-¿Sus tomas?-Emily le miraba sin comprender.

-Le pregunté a mi padre sobre los híbridos, en casos de vampirismo, con el tiempo la sed de sangre se incrementa, por lo tanto tienen que ir consumiendo más cantidad periódicamente.-Se giró hacia mí.-Es muy probable que ella no lo notara, tampoco ha estado comiendo mucho estos días.

Todos me observaron y de pronto me sentí muy expuesta. Es cierto que no salía mucho de mi habitación, dios la sangre, necesitaba sangre, LA NECESITABA.

-¿No comer? ¿De qué?

-Yo tampoco la he visto en la cafetería estos días.-Olivia miró a Sammy que negó con la cabeza.

-Yo tampoco.

Ulises me miraba fijamente.

-La acompañé hace unos días, solo tomó un café.

Se hizo el silencio.

-Yo también la vi salir con un café.-Comentó Nina.-Hace dos días

Se miraron, en silencio. Y luego a mí. De pronto sentí que mi cuerpo no era mi cuerpo, no me había dado cuenta de cuanto peso había bajado hasta que vi sus miradas sobre mí.

-No me había dado cuenta

-Ni yo.-Olivia levantó la mano.-Veni propius.

Y así, bajo la luz de la luna, aquella noche, todos me miraron con una mezcla de emociones que no pude descifrar. La sed aumentaba, pero se convertía poco a poco en un dolor imposible de detener.

-Dios mío Alice.

Mi cuerpo estaba evidentemente más delgado, porque no habían pasado un día o dos desde la ruptura, porque mi mente no había podido discernir entre el día y la noche. Porque ya habían pasado tres meses desde que había vuelto y dos en los que apenas había salido de mi cuarto salvo para ir a clase. Estaba en los huesos.

Renasci (Mortem 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora