La pude ver en mis sueños, era casi tangible. Escuchaba su voz que me hablaba en susurros desde un lugar muy lejano. La voz se hacía cada vez más fuerte.
-¡Eres un monstruo!-Gritaba-¡Nadie te querrá nunca!
-¡Christopher me quiere, Ágatha!
Ella se rió, su risa era tenebrosa.
-Él no te quiere, solo te ve como alguien al que proteger, le das pena.
-No.
-La pobre Alice que no tiene papá y que su mama es MALA.
-¡Cállate!
-La pobre Alice que no es como el resto, pero tampoco es ESPECIAL, eres un monstruo ¡UN MONSTRUO! Me volví loca al ver que eras un monstruo. ¡TÚ ME HICISTE ESTO!
-¡Basta!
-¡TÚ ERES EL MONSTRUO!
Me desperté gritando del horror, podía sentir su voz aún en mi cabeza gritándome que era un monstruo, que no debería haber existido, que yo no era su hija. Me levanté sintiendo que me ahogaba, una arcada me subió por el pecho, corrí al baño y eché la cena del día anterior. Mi mañana no empezaba del todo bien.
Me puse el uniforme y bajé al comedor, me sentía tan cansada Necesitaba algo que llevarme a la boca, pero tampoco tenía hambre, no sabía aún lo que quería. Rosa me miró con preocupación.
-Mi niña, tienes muy mala cara.-Me entregó mi café con leche.
-No es nada, ya sabes, el estrés de los exámenes.
-No te fuerces demás, cielo.
Le di las gracias, por inercia giré hacia la mesa, pero allí estaba él, tras un gran libro. No quería incomodarle y tampoco me sentía lista para enfrentarle de nuevo. Salí antes de que pudriera verme.
-¡Ali!-Olivia venía hacia mí, llevaba un par de días sin verla.
-Hola, ¿Qué tal?
-Pues mejor que tú Tienes unas ojeras horribles.
-¿Gracias?
-¿Has dormido mal?
-Sí, pero seguro que el café me hace sentir mejor.
-Ali
-No te preocupes tanto.-No quería seguir hablando, quería volver a encerrarme en mi cuarto, en mi zona de confort.-Me voy, tengo un trabajo de historia por hacer.
Me alejé antes de que me preguntara por qué le había mentido, me acababa de dar cuenta de que no existía ningún trabajo de historia y que íbamos a clase juntas.
-Hola.
-Hola.
Se sentó con su café con leche y espuma.
-No pareces de muy buen humor.
-Estoy maravillosamente, Olivia, gracias.
-Cualquiera lo diría.-Echó el azúcar y removió con la cuchara.-¿Problemas en el paraíso?
-¿Qué paraíso?
La bruja puso los ojos en blanco.
-Ali y tú.
-Alicia y yo, qué.
Olivia dejó la cuchara en la mesa y le miró muy seria.
-A ver, ¿pero a ti que leches te pasa? Primero estás aquí metido con esa cara de perro y ahora me hablas así ¿es que no has aprendido modales?
-Olivia
-Ni Olivia ni nada, explícame qué pasa, porque como no entienda tu actitud juro que te pondré el hechizo más molesto e irritante que encuentre.-Le señaló con la cuchara.-Y es una amenaza, Christopher.
Él dejó el libro en la mesa y la miró fijamente. Sabía que por mucho que lo evitara, la conversación terminaría surgiendo de todos modos, tomó aire y se relajó en algún momento tendré que hablarlo con alguien.
-Alice y yo hemos discutido.
-Nada nuevo.
-Hemos discutido discutido.
-¿Habéis roto?
-Sí, no, no lo sé, es que tampoco tenía claro si estábamos saliendo.
-Entiendo Y como que dialogar las cosas no ¿no?
Christopher regresó al libro pero ella se lo quitó con cuidado.
-Mira, no sé mucho sobre temas amorosos, no se me dan muy bien precisamente. Pero lo que sí tengo claro es que hablando se arregla todo el mundo.
-Si fuera así de fácil Siempre que intentamos hablar terminamos discutiendo.
Eso era cierto
-Pues entonces, y lamentándolo mucho, tendrás que asumir que ya no sois nada y dejarla ir libre.
-Eso hago.
-¿Sí?
Ella apuró el café y se levantó.
-Sí.
-Entonces ¿Por qué sigues en la misma página que cuando entré a la cafetería?-Cerró el libro y la miró.-Hasta luego.
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Renasci (Mortem 2)
FantasyAunque yo había regresado, ella también lo había hecho. Todos estábamos en peligro aunque no lo supiéramos, era peligrosa y volátil. Las brujas se habían levantado en pie de guerra y el instituto se estaba convirtiendo en un campo de batalla. Nuest...