Capítulo 60 Desahuciadas.

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La bruja se había dormido en su cama, él había pasado la tarde haciendo los deberes pendientes, así que no se había dado cuenta cuando el sueño se había apoderado de ella.

Cerró el libro apagó la lámpara de mesa. Se acercó a la cama y gateó en el espacio que había entre ella y la pared. Se tumbó y acarició su blanco pelo en silencio. Abrió sus ojos azul celeste y le miró.

-Lamento despertarte.

Ella negó y disfrutó del tacto de su piel en la mejilla.

-No estaba dormida, solo tenía los ojos cerrados.

Le besó la frente y siguió mirándola en silencio.

-¿Qué miras tanto?

-A ti.

-¿A mi?

El licántropo asintió.

-Sí, te miro a ti Oli.-Le aparta el pelo detrás de las orejas.-Miro a una bruja preciosa y me pregunto cada día qué vio ella en mí.

Enredó sus dedos en los de él, acariciando la palma con el pulgar.

-Vi a alguien maravilloso.

-Oli

-Y valiente, alguien muy valiente. Que se enfrenta a todo sin miedo. Alguien loco que no teme enfrentarse a una bruja desquiciada.-Él la abrazó y la atrajo hacia su pecho.

-Ay Oli

-Sam, pase lo que pase, me voy a quedar a tu lado, si la guerra estalla, estaré aquí para ti, porque tú lo has estado para mí. Es lo que se hace, ya te lo expliqué.

-No quiero que tu familia te repudie por esto.-Sam miró su pelo mientras la peinaba con los dedos.

-Mi familia me desechó hace mucho, Sammy.

Él la abrazó.

-¿Por qué? ¿Por Ricardo?

-En parte por él, pero sobre todo por mi madre.-Respiró hondo.-Soy demasiado parecida a mi padre, él murió hace mucho, ella siente que le abandonó, que la dejó tirada. Y ahora que he crecido no dejo de parecerme mucho a él. Y antes de que yo la abandonara como haría él, prefirió abandonarme a mí.

Sammy le besó la cabeza.

-A veces tengo miedo de ser como él y dejar a todos tirados, hacer daño

-No eres así, para nada. Oli, tú eres tú y tus padres son tus padres.

Emily golpeó la puerta, estaba calada hasta los huesos.

Su compañera de cuarto había decidido que no la quería más allí, por lo que había empezado a hacerle la vida imposible. Al principio solo le movía cosas de sitio, le tiraba sus colonias o le rompía algún champú. Pero cuando llegó de noche, tras haber estudiado por horas en la biblioteca, el cubo de agua y agujas le cayó justo encima, dejándola empapada y con los pequeños trozos de metal metidos en todo su cuerpo, mientras la otra se reía. Pensó en ignorarla, se ducharía y se cambiaría y se le pasaría el frío. Pero al ver en su bañera todos sus libros y libretas, sus peluches, su ropa de cama, llena de pringues, botes rotos, etc. decidió que era momento de irse de aquella habitación. Recogió en una mochila un par de cosas, una muda, un cepillo de dientes y lo que quedaba de champú. Cuando miró a la mesa, vio a Tití, su hámster, electrocutado. Supo que tenía que irse de aquel cuarto y no volver jamás. Llamó al cuarto de Alice, pero no había nadie. Emily tampoco estaba en su habitación, vio las cajas apiladas en la puerta, por lo que supuso que su amiga bruja también se estaría moviendo de cuarto, seguramente por una situación similar.

Con las deportivas encharcadas, llegó a la puerta de los licántropos y llamó.

Renasci (Mortem 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora