Katsuki: ¿Sí?—Contesté sin tomarme la molestia de levantarme de la mesa.
Tal vez era un poco mal educado, pero me importaba un carajo y justo habíamos recibido la orden, así que, ¿Para que diablos molestarme en ir a un lugar más alejado?
Camie: Me acabo de enterar de que mañana hay un partido de soccer al sur de la ciudad, me gustaría ir contigo ¿Qué dices?—Preguntó directamente.
Camie era la tipa con la que estaba saliendo, es decir, no éramos una pareja formal -y ciertamente no sabía hasta qué punto estaba dispuesto a eso- pero al menos ambos estábamos bien con ello.
Para el resto de tontos era impresionante la manera en la que, según ellos, "me transformaba" al gustar de alguien, pero no podían estar más equivocados; sí, solía ser un estúpido malhumorado, pero tenía mi parte calma y sería, esa parte que solía mostrar con las personas a las que conocía poco; Camie era una de ellas.
Katsuki: Eh, ¿mañana?—Pregunté elevando una ceja como si la castaña estuviera frente a mí, y como respuesta a mi acción, el pecoso me miró intrigado—¿A qué hora?
Camie: Seis de la tarde, en el estadio al sur de la ciudad.
Katsuki: Camie, ¿De verdad quieres ir hasta el otro lado de la ciudad para ver un partido de soccer?
Tenía que estar de joda, muy, muy de joda.
Es decir, considerando la distancia del departamento de Camie hasta el estadio, fácil, se perdería de tres horas de vida para transportarse de un lugar a otro.
Camie: Si no quisiera no te estaría llamando—Respondió obvia.
Katsuki: Joder, está bien—Accedí manteniendo mi vista fija en el peliverde que había pillado, por segunda vez, mirándome de reojo—Me reuniré contigo a las cuatro.
La castaña me confirmó con un único sonido antes de colgar la línea y cortar toda comunicación conmigo.
Suspire pesadamente; nunca he sido fanático de ese deporte y ahora gastaría horas de mi vida por ir a ver un partido de soccer que no sabia, siquiera, entre que equipos se llevaría acabo.
—¿Era tu novia?—Se atrevió a preguntar, con curiosidad, el ojos verdes. Yo le miré analítico.
—¿Eh? No—Aseguré impasible—Kaminari es un maldito dramático, ayer que mencionó algo acerca de mi mal humor y alguna tontería relacionada a ella, pero solo estaba exagerando las cosas—Expliqué referenciando la tarde anterior en la que el rubio -al que por cierto, me gustaba molestar llamándolo "pikachu"- se había montado todo un teatro para hacer que Izuku pareciera sospechoso.
—Lo entiendo—Fue lo único que dijo en tono circunspecto.
Luego de eso decidí no insistir en saber más acerca del tipo de ojos verdes y simplemente limitarme a comer en su compañía.
Sin embargo, contrario a lo que hubiera esperado, me sentía cómodo con la ausencia de ruido -al menos cercano y más precisamente en nuestra mesa, pues a lo lejos las conversaciones del resto de personas en el local se escuchaban como simples murmullos-, era como estar en mi zona de confort.
Reparé, por un instante, en la imprudencia de mi parte al considerar hablar de mi vida, y agradecí internamente el haber sido interrumpido por Camie. También repasé el tema del caso que tan frustrado me tenía y la absurda idea de Kaminari y Kirishima.
Tal vez estaba dando muchas vueltas al asunto, pero mientras más lo pensaba, menos podía creerme lo estúpido que resultaba, siquiera, pensar en esa posibilidad, y es que me era realmente imposible imaginar que el tipo de pecas y rizos frente a mí, que degustaba su tazón de Katsudon mientras hacía muecas de gozo total, fuera capaz de engañar y manipular a la gente.
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Detective || Katsudeku
Fanfiction-¡Maldita sea, Bakugo! ¿Qué otra prueba quieres si esta descripción calza con él a la perfección? -No me tragaré ninguna de esas estúpidas descripciones, ¡si es cierto que es él, entonces tendrá que decírmelo! Jamás me ha interesado, en realidad, lo...