~05~

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Izuku POV

Rubio de infarto.

"Rubio de infarto" era la frase perfecta que había utilizado Utushimi-san para referirse al sujeto que justo ahora estaba frente a mí mirándome con una ceja enmarcada dado a mi insistencia por encargarme de moldear la masa para preparar Udon y quitarle la tarea que desempeñaba.

Llevaba cuatro días viéndolo en todos lados y me ponía los nervios de punta pensar que tal vez me había descubierto. Llevaba cuatro días de estrés.

Cuatro días en los que no había aprendido nada y me había colocado en una posición aún más vulnerable al haberlo traído a mi hogar.

Me regañaba a mí mismo. ¿¡Por qué le había invitado a pasar a mi departamento!? ¿Estaba loco acaso?

Sin duda ahora no sólo había confiado de más, sino que le había dado paso libre a mi casa y a saber todo de mí.

Katsuki se esforzaba en mantener la mentira absurda de tener una empresa de servicios, pero ignoraba el hecho de que en su historia había inconsistencias y de que yo no era tonto.

Desde el primer día que lo vi en el bar junto con su equipo de trabajo supe que andaban siguiendo mis pasos, es decir, ¡no es habitual que tres sujetos con esas pintas entren a un bar como si nada! Y cuando cuando día siguiente regreso solo al local, mis teorías de que tal vez estaba a punto de descubrirme se hicieron más fuertes.

Cuando al salir del trabajo -ese día- me interceptó y me propuso ir a cenar juntos pensé que mi fin había llegado y que de la nada un escuadrón de policías se encargarían de detenerme. Me sentía incómodo, demasiado para ser honesto, pero pronto me di cuenta de que realmente no había ningún escuadrón de policías ni nada que estuviera fuera de lugar.

¿Estaría esperando al momento perfecto el que bajara la guardia por completo? No lo sabía y tampoco tenía pruebas, pero esa pregunta me comía la cabeza.

"¿No crees que es muy arriesgado aceptar cenar con él, Midoriya?" Recuerdo que me preguntó Tsuyu-chan por mensaje cuando abandonamos el restaurante, en ese momento no lo entendí a la perfección el sentido de su pregunta y tampoco sabía que ella era consciente de la ocupación de este tipo.
Y sí, era demasiado arriesgado, una completa locura, pero una pequeña parte de mí me decía que no debía alejarme y que podía confiar.

Me esforzaba por callar a esa voz.

Al menos lo intentaba hasta que Todoroki-kun me sugirió hacer todo lo contrario y no huir a su cercanía, para de esa manera, mantener las apariencias y disminuir sus sospechas.

Pero era extraño, mucho, y él era tan misterioso, intimidante e imponente que hacía a mis pensamientos chocar entre sí y confundía a mis sentimientos.

Cuando el sábado Todoroki-kun me invitó junto con Uraraka-san al partido de soccer -al que claramente sabía que Katsuki asistiría- no dudé ni un momento en aceptar, fingiendo que no sabía nada acerca de un juego y que por supuesto no buscaría con la mirada a tremendo rubio con ojos rubíes entre la multitud de gente.

Y engañándome a mí mismo acudí de manera improvisada al partido de soccer del que desconocía hasta el nombre de los equipos participantes, pero ahí estaba yo, inquieto y buscando de manera disimulada al tipo que había conocido un par de días atrás. Para cuando lo encontré, me sentí temblar al verle concentrado en mí.

¿Me había descubierto y me estaba poniendo a prueba? Sí, seguramente sí. Sentía que estaba jugando con fuego.

Pero a pesar de eso, me tentaba a creer que él no sospechaba de mí, pues en realidad era tan bueno fingiendo que parecía no tramar nada.

Detective || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora