Una semana y media más transcurrió desde eso, las cosas no parecían ir mal y aunque dado a la estrategia que habíamos planteado no habíamos obtenido mayor información, por primera vez sentía que el caso iba avanzando.
Había visto a Deku casi todos estos días, ya sea porque nos encontrábamos en el gimnasio -sí, seguía recorriendo media maldita ciudad solo para ir al estúpido gimnasio de la tipa con la que salía Kaminari-, o bien porque alguno de los dos proponía hacer algo durante la tarde; de esa manera habíamos ido a jugar bolos, a la librería más aburrida de la historia solo para que él buscará un patético libro, a hacer las compras semanales y a probar dulces extranjeros en un nuevo local cercano a una pastelería que, Deku aseguró, era de uno de sus amigos.
Aprovechando una de estas salidas le cuestioné acerca del tipo dos colores que tanta intriga me generaba. Deku aseguró que el tipo no tenía una buena relación con su padre y rechazaba todo lo que viniese de él, por lo que prefería hacer su vida alejado de los reflectores y sin que se le relacionará con la compañía de Enji.
Cuando pregunté el porqué de su enemistad él aseguro tampoco ser conocedor del verdadero motivo de su alejamiento, pero que desde que él había conocido al dos colores -que por cierto, de aquello habían pasado ocho años- la rivalidad ya existía. Dijo, también, que a pesar del "odio" que le tenía, el inútil que tenía por amigo se reunía de vez en cuando con su padre. Aquello confirmó los rumores existentes en Internet.
Cuando me cuestionó el porqué de mi curiosidad le dije que únicamente quería saber más de sus amigos y después de mirarme no muy convencido por mi respuesta procedió a desviar, con total descaro, la conversación al momento en el que conoció a su mejor amiga: Ochako Uraraka.
Uraraka, o como le había apodado: cara redonda, era algo completamente diferente al mitad y mitad; y es que para comenzar, la toleraba más, es decir, no la había visto más que la mísera vez que nos encontramos en el partido de soccer; pero esa única ocasión había sido suficiente para darme cuenta de que en realidad no parecía ser una tipa muy diferente a las demás.
Sin embargo, Deku hablaba maravillas de ella; aseguraba haberla conocido desde que tenían cerca de quince años y haber compartido muchas cosas con ella; desde reír tardes enteras a carcajadas hasta llorar en el hombro del otro cuando las cosas se ponían difíciles. También me contó que ella se había quedado a su lado -además de otro par de extras, claro- cuando atravesó por los momentos más difíciles de su vida -momentos de los que prefirió no hablar cuando pregunté- hasta el curioso hecho de que hasta que yo aparecí en su vida, la cara redonda era la única privilegiada al tener un apodo para él; en pocas palabras era como una hermana para él.
La forma en la que se habían conocido me pareció de lo más chistosa, pues Deku al ser un despistado casi cae cara al suelo al tropezar con sus propios pies mientras se dirigía a la oficina de profesores de su escuela preparatoria, pero su cara nunca conoció el suelo al ser sujetado del cuello de su saco por una tipa que iba pasando y que le salvó de terminar con un ojo morado o con un chichón en la frente. Un Deku con la presión sanguínea baja y con rostro de asco gracias al susto se giró a ver a la tipa sonriente que le preguntaba si se encontraba bien y desde entonces no había pasado un solo día en el que no se hicieran esa pregunta mutuamente.
En aquella conversación también me contó un poco acerca de algunos otros amigos suyos que no conocía y que ciertamente no me parecían de lo más interesantes, pero igual escuché hasta la última palabra que tuvo para decir. Sabía que aún me faltaba demasiado para terminar de conocerle por completo, sin embargo, la especie de relación extraña que había formado con él había avanzado demasiado rápido, tanto que a veces me asustaba.
Y es que mis sentimientos habían crecido de manera abrumadora, una en la que jamás lo habían hecho, y por primera vez en mi jodida existencia tuve que frenarme varias veces a mí mismo para meditar las cosas y no perder la cabeza en cuanto sabía que le vería. No recordaba haberme sentido tan vivo antes y me asqueaba un poco esta versión de mí.
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Detective || Katsudeku
Fanfiction-¡Maldita sea, Bakugo! ¿Qué otra prueba quieres si esta descripción calza con él a la perfección? -No me tragaré ninguna de esas estúpidas descripciones, ¡si es cierto que es él, entonces tendrá que decírmelo! Jamás me ha interesado, en realidad, lo...