Detective || Katsudeku

~15~

—¿Uh? ¿Qué? ¡No!, ¿de donde sacas eso?, ¡Dame eso!

Con un gesto rápido le quité la hoja de papel en sus manos y enseguida tomé el montón de hojas sueltas que quedaban sobre la mesita y el teclado de la laptop; también intenté cerrar las ventanas que tenia abiertas en esta última, pero Deku fue más rápido y alcanzó a ver el documento que en medio de mi frustración había titulado "Estúpidas cosas importantes que tengo que anotar en un patético documento para dar con el gusano que se dedica a estafar".

—Kacchan, no entiendo nada de esto, se supone que tienes una empresa de servicios ¿Por qué una empresa dedicada a eso tendría reportes policíacos?, además, ¿a qué iba el título del documento?

—Maldición, no era nada, solo...

En los años que llevaba dedicado a la investigación había logrado desarrollar una habilidad especial para hacerme de excusas en el momento preciso, y justo en ese momento mi cerebro pareció apagarse y dejar mi mente en blanco.

Y me sentía en conflicto, se suponía que ya no debía contarle a más personas acerca de mi profesión, Mina, Sero y los demás me lo habían advertido;  pero Deku me hacía cuestionarme por enésima vez si podía hacer otra falta a esa regla o no.

—¿Sólo qué? ¿¡Me vas a decir que estabas jugando a policías y ladrones y por eso tienes estas cosas!?—Su voz sonaba inquieta—¡No soy tonto, Kacchan! Esos reportes son reales, tienen la firma de Shouta Aizawa, el jefe del departamento policíaco.

—Diablos, ¿¡Y tú cómo carajos sabes eso!? ¿Desde cuándo conoces a Aizawa?

—¡Ese no es el punto, no intentes desviar el tema!

—¡Es que no estoy intentando desviar ningún puto tema, Deku! ¿¡De qué diablos hablas!?

—¿¡Cómo preguntas eso!? ¿¡No es obvio que me refiero a esos documentos!?

Una mueca de disgusto, un entrecejo arrugado y un señalamiento lleno de rechazo a la carpeta que sujetaba con fuerza fueron la secuencia de pasos que tuvo Deku para decirme que estaba molesto, y yo me preguntaba porqué diablos se estaba enojando tanto ¿Qué carajos tenía que pasar por su cabeza para enfadarse sin saber el porqué de los reportes?

—Tsk, joder...

—Kacchan, hace no mucho me dijiste que odiabas las mentiras ¿¡Por qué intentas mentirme!?—Recordó una de las tantas charlas que habíamos tenido en el tiempo que llevábamos de conocernos, pero lo hizo para mal—¡Dímelo, Kacchan!

—Maldición, Deku, te dije que odiaba las mentiras SIN sentido, esto tiene sentido

—¿¡Qué sentido puede haber al mentir!?—Replicó indignado, negando marcadamente—¡Anda, dime!

—¿¡Puedes calmarte un jodido momento!? Se supone que yo soy quien debería sentirse ofendido

—¿¡Ah!? ¿¡Y tú por qué si el que ha mentido eres tú!?

—¡Porque esta mentira tiene sentido y ni siquiera me estas dejando hablar, maldito idiota!, sabes también que odio cuando me interrumpen todo el tiempo, ¿¡cierto!?

Deku había agotado mi paciencia. Su insistencia, su tono de voz elevado y su inquietud me habían llevado al límite de mi calma; calma que de por sí era más grande con él que con otras personas.

—Escucha, idiota de ojos verdes, sí, guarde el secreto de mi verdadera profesión, pero no lo hago necesariamente por gusto—Con seriedad, dejé la carpeta sobre la mesa y le tomé de los hombros, obligandole a tomar asiento cuando estaba a punto de levantarse e irse—¿Sabes siquiera qué es lo que hago? ¡No, maldita sea!, ¡No sabes un carajo!, ahora, ¿me vas a escuchar hablar o te vas a largar sin más?—Él enmudeció a la par de que hice una pausa—Si escoges la segunda opción no me vuelvas a buscar nunca en tu jodida vida, ¿entendido?