Izuku POV
Lo había hecho.
Me había atrevido a hacerlo.
Había tomado la decisión en un impulso en el que me había sido imposible frenarme a mí mismo y le había dado al equipo de investigación de Kacchan las herramientas necesarias para resolver el caso. Me había colocado en la boca del lobo completamente consciente de lo que hacía y sabiendo el tipo de consecuencias que tendría que afrontar por mi estupidez.
Me había mentalizado, estaba listo para aceptar mi castigo y remediar la situación. Estaba listo para escuchar a Kacchan gritarme lo idiota que he sido y regañarme por mentirle todo este tiempo.
Me había preparado para todo, menos para el hecho de que realmente no hubiera reacción.
Sí, inesperadamente, aún después de haberme dejado de máscaras y disfraces para presentarme ante ellos no había recibido reprimenda alguna. Contrario a lo que me hubiese imaginado, Kacchan no me buscó a gritos una vez se enteró; a mi hogar no llegó la policía ni pasando cuarenta ocho horas y el mundo siguió su curso.
Y yo no tenía idea de por qué las cosas parecían no haberse alterado. Mi primer pensamiento fue que probablemente estarían en medio del papeleo, pero hasta un tonto sabría que en ese caso, la policía se estaba tardando demasiado. Después pensé que simplemente no habría consecuencias, pero al recordar la frustración de Kacchan con el caso era completamente imposible que no las hubiera; es decir, él era muy responsable con el trabajo y dado al desgaste mental al que se sometió seguramente estaría feliz por finalizar con todo de manera definitiva, así que no podía no haber consecuencias. Al hablar con Uraraka-san y contarle mis hipótesis ella planteo una tercera más probable, seguramente esperarían hasta el día de la reunión con Shinsou-kun para actuar, de esta manera tendrían todas las pruebas necesarias y me sería imposible escapar.
Así que me resigne a no sobreexplotar mi cabeza con pensamientos que me quitaban la poca tranquilidad que sentía al saber que por fin estaba haciendo algo bien en el último año y ocuparme, en su lugar, a seguir mi vida con tranquilidad hasta que las consecuencias llegarán a la puerta de mi casa. Y con esa orden autoimpuesta en mente, tomé una sudadera de cuello alto -de esas que cubren el cuello y parte de la barbilla- del armario y me encaminé al supermercado. Había decidido pagar por mis errores, pero no morirme de hambre, aún tenía un futuro que arreglar y la nevera estaba vacía.
La noche era fría, de las pocas que hay a esas alturas de mayo, de esas que son tan poco habituales en primavera pero que sin embargo parecen desafiar todo pronóstico y manifestarse sin más. Por suerte, tan pronto ingresé al supermercado pude estabilizarme con la temperatura de la calefacción.
—No puedo creer que esto esté pasando.
Una voz que había escuchado pocas veces en mi vida pero que se había grabado en mi subconsciente me hizo paralizarme al estar leyendo las instrucciones del paquete de macarrones con queso que pretendía comprar; era la voz de Kirishima.
—Esto es un desastre—La siguiente en hablar fue Ashido-san y mis nervios crecieron. Estaban justo al otro lado del estante, por lo que no podíamos vernos mutuamente pero sí escucharnos.
—Aún no puedo creer que ya hayan pasado dos días y Bakugou siga sin dignarse a aparecer en la oficina ¿Es que no se da cuenta de lo importante que es su presencia?
—¿Qué deberíamos hacer? Quiero decir, nos dijo que entregaramos los resultados a Shouta, pero ¿Debemos hacerlo sin más?—Cuestionó Sero, al parecer todo el equipo estaba reunido.
¿Y yo? Yo me aseguré de no hacer ruido, subir un poco el cuello de mi sudadera para cubrir más área de mi rostro y agachar la mirada fingiendo que seguía concentrado leyendo las instrucciones. Sin embargo, en mi cabeza no importaban las tazas de agua que debía utilizar ni los minutos de cocción que requería la pasta, no, no, no, eso había pasado a segundo plano; en mi cabeza solo estaba una persona: Katsuki Bakugou y su importancia en la conversación que tenía lugar en el pasillo de las frituras.
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Detective || Katsudeku
Fanfiction-¡Maldita sea, Bakugo! ¿Qué otra prueba quieres si esta descripción calza con él a la perfección? -No me tragaré ninguna de esas estúpidas descripciones, ¡si es cierto que es él, entonces tendrá que decírmelo! Jamás me ha interesado, en realidad, lo...