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—Uh, Deku, ¿Qué haces aquí?—Rompí el silencio sintiendo mi pulso acelerarse.

—¡Kacchan!, yo debería preguntarte lo mismo—Contestó con la energía al tope—Suelo venir casi a diario y jamás te había visto por aquí.

—¿Entrenas aquí?

Pensando un poco en la localización del gimnasio, la localización del bar y la del departamento de Deku me di cuenta de que esa había sido una pregunta muy estúpida; tenía sentido que entrenara en este lugar, es decir, ahora que lo pensaba bien, Deku vivía demasiado cerca de donde lo hacía Kaminari, y si lo que este último decía era cierto, esta era la mejor opción para ir al gimnasio. Era obvio que Deku eligiría este lugar por encima de otros.

También bastaba con recordar aquel juicio que emiti de él una de las primeras veces que le vi para recordar que el tipo sí que parecía invertir tiempo en el gimnasio.

Tal vez estaba más sorprendido de lo que debería al encontrarlo aquí.

—Sí, suelo venir, al menos, unas tres veces por semana, excepto aquellos días donde me siento más cansado o tengo más cosas por hacer en casa—Explicó dejando, él también, su maleta en una de las taquillas que había destinadas para eso—¿No es un lugar algo lejano para ti?

—Lo es, pero el gimnasio al que suelo ir regularmente está temporalmente cerrado por remodelaciones—Contesté a la par comenzaba a hacer ejercicios de calentamiento—Entonces el tonto de Kaminari me arrastró hasta aquí.

—Uh, ¿Kaminari también viene aquí?

—Lo hace, pero en un horario más tarde, el idiota no es capaz de levantarse tan temprano.

Una sonora risa fue lo que Deku me dió como respuesta antes de comenzar a calentar él también.

No estaba acostumbrado a ejercitarme en compañía de nadie, al contrario, era evidente que buscaba mantener mi distancia de cualquier persona que estuviera entrenando en el mismo lugar que yo, pero por primera vez, no tuve la intención de irme a un sitio más alejado.

Había sido como aquella vez en supermercado, ninguno de los dos había dicho nada y en realidad no era necesario, pero ahora ambos habíamos terminado entrenando con el otro, en silencio y concentrados en nuestra respectiva rutina, pero con esa sensación extraña de acompañamiento flotando en el aire.

Una hora después, como cosa que parecía estar perfectamente planeada pero que no era más que una coincidencia más, nuestras alarmas terminaron sonando al mismo tiempo, anunciando el fin de nuestras rutinas.

—Vaya, tal parece que también solemos entrenar la misma cantidad de tiempo—Señaló el de ojos verdes—¿No te parecen divertidas estas coincidencias, Kacchan?

—Que extraño concepto de diversión tienes—Contesté recobrando el aliento. Deku se rió una vez más.

Pero tal vez en el fondo estaba de acuerdo con él, aunque más que clasificarlo como divertido lo haría como curioso, porque eso era, algo curioso y sin motivo aparente.

—Me adelanto a las duchas, te veo en un rato—Anunció en medio de su sonrisa afable antes de girarse sobre sus talones y dejarme solo nuevamente.

¿Por qué este tipo era tan enérgico? Literalmente parecía estar como nuevo después de haber entrenado tan duramente, incluso se había repuesto por completo antes que yo, a pesar de que para mí eso no me tomaba más de cinco minutos. Era una nueva curiosidad anotada en mi lista de curiosidades del tipo con pecas y ojos verdes brillantes.

Una vez sus rizos desaparecieron de mi vista por completo, me puse de pie y tomé mis cosas para yo también dirigirme a las duchas y cambiarme con algo más apropiado para trabajar.

Detective || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora