~06~

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A la mañana siguiente me levanté tan temprano como siempre y con la mejor actitud que podía tener, y solo después de haber hecho todos mis deberes en casa, me encaminé al trabajo como solía hacerlo.

Las mañanas en la ciudad solían ser tranquilas y está no era la excepción, pude notarlo cuando al caminar en dirección al bar vi a todas las personas realizar sus actividades sin ser perturbadas por nada. Todo era normal, pero yo me sentía ligeramente diferente.

Y es que aunque había logrado dormir sin mayor problema y calmar mis emociones, en mi mente constantemente estaba un rubio cenizo ojirubí que llevaba pocos días de conocer. Y me aterraba un poco reconocer el rumbo que comenzaban a tomar mis pensamientos.

Para mi suerte o desgracia, esos pensamientos se vieron interrumpidos en el momento preciso gracias al sonido de una radio perteneciente a un local de comida; eran las noticias matutinas y en ellas mencionaban algo acerca de un caso en el que la policía llevaba días trabajando sin éxito alguno. No mencionaron mucho acerca del tema, ni siquiera dijeron qué caso era, pero fue suficiente para mí.

Así que fingí no escuchar nada y continúe con mi trayecto hasta llegar a mi destino.

Al atravesar las puertas del local saludé a todos mis compañeros como de costumbre y me dispuse a hacer mis actividades con la tranquilidad de alguien que no estuvo de los nervios hasta que cayó la media noche.

—Buenos días, Midoriya—Escuché la voz de Todoroki a mis espaldas recién salí de los vestidores con mi uniforme de trabajo puesto—¿Pudiste por fin relajarte?

—¡Buenos días, Todoroki! Sí, pude hacerlo, pero aún me siento pensativo al respecto.

—¿Por qué no me cuentas mejor lo que pasó?

Mi amigo heterocrómatico hizo un movimiento de cabeza antes de caminar hasta el almacén y yo le seguí los pasos. El almacén era el lugar más alejado de la zona principal de trabajo y solíamos utilizarlo para hablar libremente sin temer de ser descubiertos por los demás, además de que también teníamos que, de paso, sacar algunos productos de unas cajas que se guardaban de ahí.

—Sí, eh, bueno... ayer me encontré con él en el supermercado. Me llamó por el apodo que tiene Uraraka-san para mí ¿¡Puedes creerlo!? ¡Por supuesto que me asusté al verlo detrás mío, pensé que me estaba siguiendo! ¿Qué se supone que piense si de la nada aparece a mi lado mientras estoy haciendo las compras con tranquilidad y me llama por el apodo que escuchó una única vez?

—Demonios, parece estar muy atento a cada movimiento—Asentí con rapidez—Pero no entiendo, ¿Cómo terminó en tu departamento? ¿Te obligo a llevarlo contigo?

—No, no lo hizo ¡Simplemente yo no pude detener mis palabras y de un momento a otro lo invité!—Todoroki me miró con una muy pequeña expresión de incredulidad y reclamo—No me culpes, él parecía harto del trabajo y mencionó algo acerca de tener problemas administrativos ¡No pude evitarlo!

—Tienes un corazón noble a pesar de hacer lo que haces...—Yo agaché la cabeza poco orgulloso de que tuviera razón—Olvida eso. ¿Se comportó extraño mientras estuvo contigo?

—No, ¡En lo absoluto! No hubo comentarios raros, salvo al final pero eso fue más como una broma, tampoco hubo comportamientos que me hicieran dudar de sus intenciones y mucho menos parecía tener la más mínima intención de detenerme.

—Que extraño—Murmuró Todoroki con una mano en su mentón en una posición pensativa—¿Y tú hiciste algo sospechoso?

Yo me quedé callado un par de segundos mientras pensaba en la respuesta a eso, podía hablar con claridad acerca de las actitudes y acciones de Katsuki durante la cena, pero, de mí mismo solo podía decir lo que pretendía y no lo que realmente reflejaba.

Detective || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora