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Dejé sobre el cristal de la mesa la hoja de papel con la intención de no destrozarla al apretar las manos con fuerza.
Mi cabeza daba vueltas, mi corazón latía pesadamente y la vista se me nublaba gracias a las lágrimas que amenazaban con escurrir por mis mejillas.

Un segundo papel se deslizó del sobre al también arrojarlo sobre la mesa. Era un post-it de color naranja con un texto que evidentemente estaba escrito a lo rápido.

《Por cierto, con un poco de suerte encontré un par de flores de Sakurasou en una florería que estaba a punto de cerrar. ¿Sabias que simbolizan el deseo y el amor duradero? Es poco ya que prácticamente era lo último, pero espero que sea suficiente para transmitirte lo que siento. 》

Ahora sentía mis mejillas arder al mirar reposar sobre la superficie de cristal el ramillete de flores. Hasta ese momento las había ignorado por completo.

Y por primera vez, desde que toda la mierda que me mermaba la tranquilidad había comenzado, lloré liberando el torbellino que había en mi pecho. Me sentía un poco patético al hacerlo en lugar de buscar una estúpida solución, pero en ese momento era lo único que necesitaba para no ahogarme.

No entendía porque había sido tan estúpido. No cabía en mi cabeza la idea de haber pasado tantas cosas por alto, cosas que al ser analizadas ahora, sí que eran una evidencia clara; como las veces en las que algo dentro de mí me hacía pensar que parecía disculparse por algo que no decía, o esas otras veces en las que  "casualmente" buscaba obtener información de lo que hacía por el caso.

Deku era un idiota y yo era un estúpido.

Estaba acongojado, inquieto, incrédulo, ¿y por qué no decirlo ya que he perdido todo filtro?, estaba molesto conmigo mismo. Me regañaba por ser un terco de mierda y mandar al carajo a Kaminari siempre que me advertía de sus sospechas. Estaba molesto por no haberme dado cuenta antes y estaba molesto porque a pesar de todo, sentía que era incapaz de odiar a Deku.

En medio de mi llanto, respiré profundamente aplicando las técnicas para tranquilizar la ansiedad que había aprendido años atrás en un curso de manejo de estrés, y solo hasta que mi rostro estuvo seco de nuevo me levanté del sofá y tomé mi teléfono celular para llamar a Kirishima. Le había dicho que al día siguiente retomaría las actividades del trabajo, pero acababa de cambiar de parecer.

Obtendría respuestas a todas mis preguntas esta misma noche.

Kirishima: ¿Eh, Bakugou? ¿Qué pasa?—Preguntó después de responder al tercer tono—¿Necesitas algo? ¿Quieres que te lleve algo de la tienda de conveniencia?

Katsuki: Nada de eso. ¿Dónde estás ahora mismo?

Kirishima: En la estación de policía, he estado aquí desde que abandoné tu departamento hace casi una hora.

Katsuki: ¿¡Eh!? ¿Qué diablos haces ahí?

Kirishima: ¿No te lo dije? Aizawa quería hablar contigo, pero como no estás disponible hemos venido todos a dar las explicaciones que pide. Queramos o no, el caso estaba a nuestro cargo y necesitamos proporcionar toda evidencia que hayamos recolectado—Explicó y yo maldije por lo bajo—De paso aproveché para traer a Uraraka-san hasta aquí. Que dilema, ¿no? Ella realmente me pareció una chica muy agradable, es una lástima que esté involucrada en esto también.

Katsuki: Joder, ¿los demás también están en la estación?

Detective || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora