Cap28

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Entro a casa seguida del pelinegro que logre hacer sonreír. Eso es bueno. Takeshi, Julio y Ania están en casa, les he pedido a los chicos que vinieran ya que tengo algo serio que hablar con ellos. - mentira - Pasamos riendo por el plan de sorpresa, pero al entrar en la sala quedo shockeada con el pelinegro. Joder, literal Julio se está comiendo a Takeshi a besos en el sofá. Iugh, de solo decirlo me da asco.

- ¡Por Dios! - chillo haciendo que se separen - No sean asquerosos. Para eso existen habitaciones. - señaló la escalera.

Julio riendo, se aleja un poco de Takeshi.

- El sofá también es una opción. - se mofa.

- No. - digo asqueada.

- Si. - asiente pícaro.

- ¡Pues el mio no! - chillo haciendo reír a todos.

- ¿Qué escándalo es este?

Pregunta Ania entrando en la sala con un ceño fruncido.

- Recuérdame quemar ese sofá y comprar uno nuevo envuelto en plástico. - señaló el lugar dende esta la pareja. Ella frunce aun más el ceño sin entender hasta que Julio le hace señas y sonríe picara.

- Bueno Mac creo que ahora somos tres contra uno. - habla después de un rato.

- Cuatro. - los apoya Alejandro.

- Enfermos. - murmuro asqueada.

Con ese tipo de cosas, los sofás y yo nunca tuvimos conexión. En nada. Ruedo los ojos con fastidio y camino de nuevo hacia la puerta bajo la atenta mirada de todos.

- Pasa demonio.

Lee asoma la cabeza por la puerta pero no ve a nadie, y los chicos tampoco lo ven a el debido a que una mesa obstruye.

- ¿Julio no me va a matar? - masculló mirando a todos lados.

Breve historia, cuando este demonio intentó algo conmigo, Julio amenazo con matarlo. Así es ese castaño, celoso hasta las trancas. Miro hacia el salón y Takeshi quien había permanecido con un ceño fruncido, ahora está intentando levantarse. Reconoce la voz.

- Pasa tonto.

Ajustando el agarre en su mochila, entra en la casa a paso lento. Takeshi lo mira estático, intenta dar unos pasos pero cuando por poco y se cae Julio tiene que ayudarle a mantenerse de pie debido a que aun sigue débil. Lee no dice nada, mira a su hermano en silencio. La mochila que sostenía en su hombro cae al suelo y se abalanza sobre Takeshi, lo abraza, lo abraza con fuerza, con cariño. El tiempo que tienen sin verse es grande, mucho, demaciado.

- Hermanito.

- Demonio. - sonríe Takeshi en su hombro.

Sonrío, me da alegría que le haya gustado la sorpresa a Takeshi. Me emociono al verlos juntos.

- Estas aquí, esta aquí. - dice emotivo el coreano tomándolo de las mejillas - Estas a... ¿Cómo es que estas aquí?

Interroga ceñudo a su hermanito.

- Agradece a Mackenci y a Alejandro. - sonríe el castaño con lágrimas en los ojos mirando a un Takeshi ojeroso - Ellos me avisaron y me dijeron de tu enfermedad. - Tak nos mira serio - No te enojes, hicieron bien y estoy dispuesto a ayudarte.

Ahora la mirada seria y oscura que mantenía en nosotros está en Lee. Niega. Hay vamos con la cabezoneria.

- No, Lee, ni se te ocurra.

- No ni se te ocurra a ti. - le responde el.

- Lee. - le mira. Oh no, esa mirada no.

- Escúchame bien. - lo obliga a sentarse de nuevo en el sofá - Tu estás mal, déjate ayudar. Soy el único que te puede salvar rápidamente debido a que tenemos el mismo tipo de sangre que solo poseía mamá. - otra breve historia. La madre de Takeshi y Lee murió dando a luz a este ultimo. Somos la familia de tragedias, qué puedo decir.

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