Cap52

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Una semana desde que llego a casa, una semana desde que me enteré que está  en coma.

Alejandro fue instalado en su habitación, en la cual permanesco día y noche junto a el. La mitad de su cuerpo es cubierto por la sábanas blancas, lleva unos shandal y su torso está vendado. Algunos rasguños son visibles en su rostro al igual que los hematomas.

Está pálido, adelgazo un poco. El color rojiso de sus labios se a ido poco a poco. La barba le ha crecido. Pero eso lo puedo arreglar. Cada vez que estoy con el, le hablo, no se si me escuche pero lo hago. Y lo único que recibo como respuesta, es el pitido del monitor. Sus medicamentos se los suministra una de las chicas de limpieza, debido a que su madre era enfermera y le explico como hacerlo, aparte de que yo autorice el premiso.

Esto es una locura, solo faltan unas semanas para navidad y la vida me sale con esto.

No me separó nunca de su lado, ni siquiera para comer, en estos momentos no se me abre siquiera el estomago, aunque eso me ha traído problemas.

- No tengo hambre. - susurro y deslizó el plato con mi desayuno por la isla.

- Lindura tienes que comer algo. - me dice Axel.

- Mac come por favor. Casi no consumes nada en todo el día. - me regaña nana.

A regañadientes, obedezco. Como lo más que puedo, pero al final cuando se descuidan, termino desapareciendo de la cocina. Voy escaleras arriba y entro en la habitación de Alejandro. Allí paso la mañana, arreglo su barba, la rebajo un poco, acomodo las sabanas, de manera que cubran su cuerpo y reviso las heridas, limpio lo más que puedo y aplico los medicamentos que necesita, luego cambio las gasas. Está bien. Todo va en orden.

- Sigue así cariño. Lo estas haciendo bien. - acaricio su cabello - Se, que te cuesta. Pero por favor sigue luchando. Aquí todos estamos al tanto de ti y hacemos lo que está en nuestro poder para mantenerte con vida. Solo necesito que sigas colaborando, no te rindas. - susurro lo ultimo entrecortadamente. Siento como mis mejillas se empapan por las lagrimas que comienzan a salir - No sabes cuanto me duele verte así. - sorvo mi nariz - Pero te juro, que encontrare al que te hizo esto y yo misma lo matare. - escupo con todo mi odio - No permitiré que esto se quede así.

Miro a la nada. Observo el cristal de la ventana por donde se deslizan gotas de agua, la lluvia cae, no es fuerte, a decir verdad está más calmada. El frío que hace me recuerda a la piel fría de Alejandro. Lucha por mantenerse.

Escucho la puerta abrirse. Vuelvo a la realidad, limpio mis mejillas rápidamente y miro a mis espaldas. Es la chica de limpieza.

- Disculpe señorita, vengo a suministrar el medicamento. - asiento. Hago un ademan con mi cabeza para que prosiga. La veo aplicar la medicina por la vía intravenosa e irse.

Suspiro.

Miro la hora en el reloj de la mesita de noche. 4:00pm. De esto se trata mi día, en que las horas pasan más rápido de lo normal, y Alejandro, mi amor, aquí. Tendido en una cama mientras que en otro lugar está al borde del abismo.

- Hoy es viernes cariño. Debo ir a visitar a los niños, iré con Axel. Pórtate bien, ¿si? - me acerco a su frente para dejar un beso - Prometo volver temprano.

Me acerco más a su rostro y dejo un beso en sus labios. Al sentir lo fríos que están una lágrima traicionera resbala por mi mejilla.

Salgo de la habitación antes de que comience a llorar otra vez. Se que no me hace bien pero, la persona que amo está aferrándose a la vida. ¿Cómo no estar así?

- Que nana no te vea. - me advierte Axel cuando ya estoy abajo - De seguro te regañara por no comer.

Asiento y paro en la puerta.

- No les digo que hacen mal en alentarme a comer... A seguir adelante. Pero entiendanme ustedes a mi por favor. - pido con voz entrecortada - Mi vida y mi corazón están con el hombre que lucha por vivir... A Alejandro le pasa algo y yo me muero Axel. Simplemente no puedo seguir. - hago una pausa - Las personas no se superan, solo se vive con el recuerdo de ellas. Y yo no puedo, necesito a Alejandro a mi lado, quiero que este aquí. Quiero escucharlo. Se que suena egoísta, pero no puedo dejarlo ir. No lo voy a peder por una bala.

Sin nada más que decir, salgo de la casa y entro en el auto.

El resto de la tarde lo paso con mis bebés. Jugamos, les leo su cuento favorito, merendamos y hacemos manualidades. Los niños me preguntan por Alejandro, y yo les salgo con la excusa de que tiene mucho trabajo. Para distraerlos jugamos con la pelota hasta la hora de la comida, ahí ayudo a Raquel con los más pequeños mientras Axel hace...

¿Muñequitas con macarrones y brillos? Frunso el ceño al principio, pero suelto a reír cuando por accidente le cae pega con brillantina en la nariz y la inhala.

Al final, llevo a la cama a cada uno de los niños. Me cerciono de que estén los veinte, pero cuando voy a la ultima habitación veo una cama vacía.

- ¡Ay Luz! No otra vez.

Corro por los pasillos y por todo el lugar buscándola como loca. El el salón de lectura, el de juegos, la piscina, el salón, la sala y... No la encuentro. Me doy un zape mentalmente cuando recuerdo. La cocina. Entro en el lugar encontrandola ahí. Suspiro. Me acerco con cuidado viéndola tomar su leche y sonrío cuando sus ojitos me miran, guardo la leche el el refrigerador y acaricio los cabellos de la pequeña, relame sus labios cuando termina limpiando los restos de la bebida.

- ¿Lista? - asiente.

Dejo el vaso en el lavaplatos, voy por Luz y la cargo para llevarla a su habitación. La acuno, dejo besitos en su frente y al conseguir dormirla salgo.

De regreso a casa rio al ver a Axel estornudar brillitos rosas, mientras reviso unos mensajes sin leer. El auto disminuye la velocidad, ya llegamos a casa. Miro el chat de nana e inmediatamente mi sonrisa se borra.

Nana:
Vengan rápido.
Es Alejandro.

Ni bien estaciona el auto cuando ya estoy bajando de el como bala ignorando los gritos de Axel. Entro a la casa como alma que lleva el diablo encontrando a nana en el salón llorando.

- ¿Qué ha pasado? - pregunto apenas llego frente a ella.

- ¡¿Tu estas loca?! - exclama Axel.

- ¡Momento! - le pido al ver a la mujer intranquila y al borde de las lágrimas - Nana.

- Tu... Tuvo un colapso. - entonces todo se me cae al piso - Su corazón falló y tuvimos que llamar rápido a Connor...

Dejo de escuchar y subo escaleras arriba, entro a la habitación sin anunciarme. Connor está dentro, miro a Alejandro en la cama, escuchar el habitual pitido de la maquina me hace suspirar. Me acerco con lentitud.

- El está bien Mac. Está luchando. - me tranquiliza.

- Pero sigue más allá, que aquí ¿no?

Connor suspira.

- Solo dale tiempo, mejorará.

Asiento conteniendo las lágrimas. Apenas escucho la puerta cerrarse cuando sale, me derrumbo en llanto.

- Mi amor. - arrastro cada palabra en suplica.

Solo deseo un milagro, solo quiero volver a ver sus ojos azules, escuchar su voz, su risa. Quiero entrar por las mañanas a la cocina y encontrarlo ahí, con su traje y bebiendo ese veneno que tanto le gusta, que me sonría.

Quiero solamente que el me llame preciosa...

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¿alguien más quiere llorar?

¿Quíen me acompaña en mi dolor?😢

Los amo😘

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