Pasa el fin de semana, Takeshi mejora poco a poco aunque sigue sin poder pararse de la cama, y eso lo cabrea. Si, enfermito y todo pero se molesta, eso es bueno. Alejandro viene cuando no tiene trabajo, mientras Julio trabaja para contactarse con Lee me ayuda con Tak, lo animamos, vemos películas con el, reímos, hacemos de todo y con ello va viento en popa su salud.
El lunes llega, y tengo que ir a trabajar, Julio se queda en casa con Ania a cuidar del coreano, el día en la oficina es desastroso y me dan los siete males. Tengo miles de reuniones, papeleo atrasado, Mateo parece que lanza espinas cada vez que me ve y sin contar que volvieron a seguirme de camino a casa. No se quien es diablos es, llego más que cabreada a casa y lo único que quiero es descansar pero, al saber que mi coreanito no quiere comer me alarmo, subo a pasos rápidos quitandome los tacones en el trayecto. Entro en la habitación encontrándome con un Takeshi ceñudo y un Julio cruzado de brazos; está claro que discutieron. Tak no quiere comer la sopa, Julio insiste en que debe tomarla, y yo como buena amiga y madrina de bodas, le pido que tome un poco de sopa y le prepararé sus vegetales favoritos. Asiente encantado, Julio me alaba. Bajo a la cocina, Ania me ayuda a preparar los vegetales y cuando están, se los llevo a la pareja, salgo directo a mi habitación. Me ducho, pongo mis pantys y un blusón negro, voy directo a mi cama y me duermo.
Martes en casa, Julio fue a trabajar y Ania me ayuda... Miércoles me voy al trabajo y regreso igual que el lunes, solo que ahora, encuentro a Takeshi y a Julio discutiendo. Subo como bala, entro a la habitación y pongo paz a la situación, Tak retiene las lágrimas y Julio sale de la habitación como una furia. Consuelo al coreano, desde que empezó la semana la esta pasando fatal con su pareja. Cuando consigo dormirlo bajo, encuentro al castaño tomando en el salón, trato de conversar con el, diálogo pero está tan cabreado que se cierra por completo. Suspiro y me voy a dormir, que se ahogue en su furia. Jueves, viernes y sábado más de lo mismo, discutas, Takeshi decae, Julio bebe, yo pongo la paz, Alejandro trata de ayudarme con ellos pero es todo igual. El coreano le duele que su pareja le hable de tal manera, que discutan continuamente y no se hablen, pero el domingo cuando llego con Julio a la casa de hacer las compras, Ania corre hacia nosotros alterada y con los ojos llorosos. Está nerviosa, nos habla de pastillas, lloriquea, balbucea y cuando por fin dice Takeshi, Julio corre a la planta de arriba. Le pregunto a Ania que pasa, pero cuando esta apunto de responderme el castaño grita desde la planta de arriba.
- ¡Mackenci, enciende el auto ya! ¡Hay que ir al hospital!
Me alarmo.
Tomando la orden, subo al coche y lo enciendo. Julio sale con Takeshi pálido entre sus brazos, Ania corre tras el y se monta en el lado del copiloto y Julio se monta en el asiento trasero con Takeshi. Arranco, miro por el retrovisor que Julio le dice cosas, miro a Ania que está a mi lado llorando, no entiendo nada hasta que ato cabos. Pastillas y Tak. No, no, no. ¡Joder! Se intento suicidar.
Piso el acelerador a fondo, llegamos al hospital en menos de veinte minutos y Connor, al que ya hemos avisado nos recibe con una camilla en la entrada. Entramos rápido en urgencías pero en un momento dado nos separan del coreano y Julio se molesta, pide ir con su prometido pero no se lo permiten y lo envían a la sala de espera. Los tres vamos juntos, el se sienta en una silla, se tira del pelo, talla su cara, masajea sus sienes. Ania pasado un rato va a la cafetería por dos cafés, paro de caminar y miro al castaño, no ha dicho nada, tiene los ojos enrrojecidos y se nota que ha llorado. Dios, debe estarlo pasando mal.
Me siento a su lado, paso mi mano por su espalda dándole un pequeña caricia. Miro su rostro cansado, aparte de los ojos rojos, tiene ojeras, unas horribles ojeras, no duerme, tiene una barba de tres días y hay veces que no come. Se esta destruyendo poco a poco, este no es el Julio divertido, idiota y sonriente que yo conozco. Este es uno que sufre y retiene su dolor en una caja la cual ya esta llena y desborda.
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Black & White
AksiDos almas muy similares, pero que pertenecen a mundos totalmente distintos. En el todo grita peligro, pero eso a ella no le importa. Los dos se niegan a tener algo que ver con el amor, aunque al encontrarse todo cambia, miles de sensaciones indescri...