Sorpresa

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Vamos camino al orfanato, son las seis de la tarde. Alejandro conduce a mi lado, y mentiría si dijera que ese traje negro con la camisa azul cielo - que yo arruine está mañana pero que ya está limpia - no le queda bien. Luz va atrás, a diferencia de la mañana lleva otro vestido, solo que este es azul y tiene unas sandalias negras. En mi caso, un top azul claro de mangas tres cuartos y Straples en los hombros, más una falda negra, algo pomposa que llega por encima de mis rodillas y unos tacones negros, parece un vestido. A decir verdad, nos pusimos de acuerdo para vestirnos iguales.

Llegamos y veo el lugar bien decorado. Bajo y apenas abro la puerta trasera, Luz sale disparada a donde están el grupo de niños, dos autos más se estacionan a lado del nuestro y del primero baja Axel e Isabel, del otro bajan nana, Yuri y Robert. Las dos mujeres y yo avanzamos hacia los peques y los cuatro hombres nos miran pidiendo piedad. Yuri llego en la tarde a la casa, cuando Luz estaba en su máximo tope de batería. Pobre, le hizo ponerse una coronita de princesas.

- ¡Mac! - me abraza Raquel - ¿Cómo has estado?

- Muy bien. - sonrío al separarme de ella - Mira, te presento a Teresa la nana de Alejandro y la pelirroja que se a quedado embobada con Raúl. - la señalo a la que le hace mimos al pequeño bebé de dos años - Ella es Isabel.

Después de saludarse y conocerse, todos pasamos adentro. Mientras que los chicos tratan de entretener a los niños, Raquel, Isabel, nana y yo terminamos de preparar la cena, colocamos la mesa y después de una hora, ya estábamos listos. Al avisar la cena, los niños literal corrieron a la mesa y en ese tiempo Alejandro y yo, aprovechamos para colocar los regalos que compramos para ellos y todos los demás.

- ¿Crees que le guste? - miro la cajita que tiene el nombre de nana.

- Ella lo adorara cariño. - besa mi frente y deja la cajita que contiene el brazalete bajo el árbol - Oye. - hago un sonido para que sepa que lo escucho - ¿Dónde esta mi regalo? - lo rebusca con la mirada entre los paquetes.

Suelto una carcajada.

- Aquí no está. - susurro en su oído.

- ¿Esta en casa? - me sonríe con picardía. Niego.

- No esta aquí, ni en casa. Viaja en el trineo de Santa. - me encojo de hombros - Ven vamos a cenar antes de que los niños nos busquen.

Caminamos hacia el comedor donde están todos y nos sentamos uno al lado del otro. Comemos entre risas y chistes, ñoñadas de los niños y estos se burlan cuando en el postre, Axel se ríe y le sale la leche por la nariz.

- Gran lavado nasal hermanito. - se carcajea el ojiazul.

Axel lo mira mal mientras Isabel lo ayuda a limpiarse.

Las horas pasan y los niños siguen jugando en el patio mientras nosotros los vigilamos. Hasta que a las diez...

- ¡Santa llego! - gritan ambos hermanos e Isabel y yo reímos a carcajadas. Parecen unos niños.

Todos el mundo sale disparado a la sala donde está el árbol. - y cuando hablo de todos, es de los niños. Incluyendo el par de hermanos - En menos de cinco segundos ya veo papel de regalo tirado en el suelo y en todos lados. Al igual que gritos de...

- ¡Una barbie!

- ¡Santa me trajo un auto a control remoto!

- ¡Miren, patines!

Rio.

Miro a mi alrededor, sonrío. Axel, abre su regalo descubriendo el reloj. Isabel con el juego de prendas, nana y su brazalete, Yuri con su pulsera y la bufanda, Robert y un bonito reloj que le compre también, su familia llegará después. Y mi alienígena encantado con su preciosa chaqueta de cuero. Esto es lo que me gusta, ver a todos felices, riendo y jugando. Está es mi familia, mis amigos, una vida que decidí tomar y jamás me voy a arrepentir de haberlo hecho. 

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