ᴰᵉᶜⁱˢⁱᵒⁿ ᶠᵃᵗᵃˡ ⁽ᴶᵒᵉʳⁱᶜᵏ & ᶜʰʳⁱˢᵈⁱᵉˡ⁾

Capítulo (23)

Narrador onmisente

Luego de la salida con Chalamet, la cuál para su sorpresa, resultó ser todo lo contrario a lo que espera, puesto que él pelinegro lo había citado para aclarar las cosas entre ellos. Timotheé, le dijo que su recién relación no podía avanzar más de ahí, se había dado cuenta que él castaño jamás iba a dejar de amar a su ex-esposo, y era mejor terminar lo que fuera que había entre ellos, antes de que alguno de los dos saliera lastimado sentimentalmente.

Él castaño, no iba a negar, que en cierta parte ya le había tomado un cariño enorme al pelinegro, pero en el fondo sabía que tenía razón, por más que él mismo se negara, le era imposible dejar de amar al boricua. Por lo que decidieron terminar, quedando como grandes amigos.

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Eran un poco más de las doce del mediodía, y él ecuatoriano estaba un poco estresado, puesto que aún no había preparado el almuerzo, añadiendo también, el hecho que en ese momento se encontraba teniendo una pequeña lucha contra su hija para que pudiera tomarse su medicamento, pero la menor se negaba rotundamente hacerlo.

—"Amber, mi amor, tómate la medicina, por favor"— exclamó por décima vez.

La menor negó, mientras cerraba fuertemente sus labios.

Christopher, la mira y suspira tratando de no perder la paciencia.

—"Princesa, por favor"— susurró, sintiendo ganas de llorar.

Realmente estaba agotado, desde que le detectaron el trastorno epiléptico a su hija, todo fue más difícil, ahora tenía que estar pendiente de ella a cada momento, además hacer las tareas del hogar, y de último atenderse a si mismo. Estaba totalmente colapsado.

—"Amber...."—

—"¿Qué pasa?"— exclama el boricua, en el momento que entró en la sala.

Había oído el tono de voz quebradizo del él castaño, y no dudo un segundo en acercarse.

—"La-La niña, no quiere tomarse sus medicamentos"— susurra sin mirarlo.

Le avergonzaba, que creyera que no era capaz de hacer algo tan simple como darle un medicamento a su hija.

Zabdiel, se acerca lentamente hacía ellos y toma la menor entre sus brazos.

—"Princesa, debes obedecer a papi Chris, tienes que tomarte tus medicamentos"—

—"Feo, no guta"— exclama un puchero.

—"Debes tomarlos, Amber"— la menor niega.

Ahora es él boricua, quién suspira.

—"Toma tú"— señala el frasco con el jarabe que sostenía el castaño.

—"Si me lo tomo, ¿tomarías tú
también?"— la menor asiente sonriendo.

Él boricua suspira, y mira al castaño.

—"Zabdiel, no tienes que hacerlo, ella tiene que entender que debe hacernos caso"—

—"Solo esta vez Chris, sé que te sientes agobiado, y lidiar con Amber no es
fácil..... Además, no creó que me haga nada malo ese medicamento"— un poco dudoso, él ecuatoriano, hecha una pequeña cantidad del jarabe en la cuchara.