BRIANA
Los ojos del rey me escudriñaron de pies a cabeza sin piedad o disimulo alguno, como si fuera la primera vez que me veía, o como si simplemente no pudiera creer lo que sucedía en este momento. Y para ser franca, yo tampoco podía respirar bien, mi garganta se había cerrado.
—¿Estás segura?— la reina junto con Amber corrieron hasta nosotros, quienes no despegábamos las miradas uno del otro, comencé a temblar.
—Dame eso— Amber me arrebató la prueba de las manos lo cual me hizo reaccionar y sacar mis ojos de Michael— ¡No puede ser!
Ella arrojó el test al suelo previo a dar un grito en negación, esta vez ambos la miramos, el ambiente de había tornado seco, hilarante y pesado.
—Amber, contrólate...— la reina le toca el hombro pero la rubia le ignora olímpicamente para salir corriendo de la habitación sollozando, como si fuera la protagonista de este embrollo.
—Yo...
—Arreglen esto— ella me interrumpió, nos miró amenazante a los dos— Y háganlo pronto, porque no queremos que nadie salga lastimado.
Después de su advertencia salió detrás de Amber supongo que en su ayuda o consuelo, sin embargo, quién necesitaba de ayuda era yo, o más bien, ¿nosotros?
Caminé en círculos colocando una mano en mi cintura y otra en mi boca, idealizando el futuro que me esperaba luego de esta noticia, imaginando que haré, sobre todo, preguntándome a dónde se había ido aquella felicidad que debería tener por al fin tener lo que tanto deseaba, lo que anhelé desde siempre.
Mi pase a volver a sentir hambre.
Me hundí tanto en mis pensamientos que no me percaté nuevamente de los ojos del rey sobre mi, sensación que era incómoda hasta cierto punto, lo cual me desesperaba.
—Entiendo que no era que lo querías— dije hacía él— Pero yo...
—Pierson te traerá ropa, dale una lista con productos que necesites, también le ordenaré que consigan tu teléfono y computadora si lo requieres. Puedes comunicarte con quien sea, solo... por favor no digas nada de esto— me interrumpe.
Inmediatamente fruncí el ceño por la forma en que me llegó aquel mensaje.
—¿Qué?, ¿por qué?— pregunté con cierto grado de alarma.
—Y no salgas del palacio— se dió la vuelta y caminó hasta la puerta— Puedes vagar por los alrededores, en los jardines— se detuvo antes de marcharse— Pero no te vayas.
Entonces abrió la puerta y desapareció no sin antes dejar esta última abierta.
Mi ser completo se confundió, entré en un estado de interrogatorios conmigo misma del que no pude salir. Mis piernas pesaban y tuve que sentarme un momento en el borde de la cama o me desvanecería en el suelo. La mera idea de asimilar que estoy embarazada era... oscura, petrificante y emocionante, al menos para mi.
El resto de esa tarde no pude salir de mi pequeño escondite de seguridad sobre la cama, comencé a crear toda una vida en mi cabeza donde un bebé era el artista principal, imagen que se quedó conmigo impresa en fragilidad y amor. Pero, estaba omitiendo algo importante lo cual no me dejaba llorar de alegría como deseaba.
El rey Michael.
¿En qué momento su estupido frasco fue robado del palacio?, ¿por qué precisamente a mi tenía que tocarme "la suerte" de usar el contenido?. Aún así, lo que más me intrigaba y atemorizaba era lo que él pudiera hacerme, o hacernos a mi hijo y a mi, pues me ha quedado claro que no quiere niños, sin embargo, esto no es mi culpa, yo no planeé que me implantaran su esperma.
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BEBÉ REAL | Michael Jackson [Book 1]
FanfictionEn el reino de Aleric la seguridad era sublime e impenetrable, hasta que nadie supo como, quien, o de qué forma se ha filtrado hacia el exterior un pequeño frasco con algo tan privado para el príncipe Michael a pocos días de su coronación como rey. ...