BEBÉ REAL | Michael Jackson [Book 1]

Cap: 29 | 𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐚𝐯𝐚𝐥𝐚𝐧𝐜𝐡𝐚

BRIANA

Los ojos de todos recaían como bloques de hielo sobre nosotros, mis pupilas aún dilatadas por el sueño del que me han despertado no me permiten ver con claridad, restriego mis cuencas con las manos temblándome en nerviosismo y sujetando con más fuerza la sábana que cubría mi cuerpo desnudo.

Ojalá en este momento la tierra se abriera y me tragara por siempre.

—¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!— Andrew vuelve a gritar por toda la habitación al ver que ni Michael ni yo respondemos en absoluto.

¿Y cómo hacerlo?, si todos estaban aquí, escudriñandonos letalmente. Me hago pequeña por el miedo que crece en mi pecho, entonces retrocedo dos pasos queriendo morirme.

—D-De seguro... de seguro esto tiene alguna buena explicación— la reina Charlotte balbucea, toca los hombros de Andrew tratando de calmar el aparente enojo creciendo en la cabeza de su cuñado.

Inmediatamente mis ojos recaen en Richard, quién al observar el estado en el que estoy me niega con la cabeza, sus facciones se dilatan y todo en él parece apagarse.

—Oh, no, no creo que esto tenga alguna explicación— Amber solloza con furia, me apunta con su dedo— ¡Sabía que eras una arribista!— me gritó.

—¡AMBER!— Richard la reprende, no entendía como aún me defendía. Pero Andrew calla a su hijo al instante.

El silencio se apodera del ambiente tornándolo pesado y obscuro, era de madrugada, y el frío clima de Inglaterra no era lo único que me estaba haciendo temblar en este instante.

Michael se pone firme en cuanto su tío se acerca a él en forma amenazante, todos nos alarmamos pero el rizado no es capaz de moverse un centímetro, solo puedo ver su espalda, así que no se cual es su reacción.

Andrew coloca a su adorada hija bajo su protección abrazándola, esta lloraba desconsolada. Tragué saliva.

—Te vas a arrepentir, Michael— susurró el hombre en las narices de su sobrino— Me engañaste, engañaste a mi hija... a mi niña...— suspiró con una voz tajante— Con su mejor amiga— entonces me volteó a ver con desprecio.

Fruncí el ceño, el coraje atorandose en mis entrañas pues todos nos estaban juzgando y señalando. Mi cabeza se calentó.

—Basta, Andrew— Charlotte corrió en defensa de su hijo— Será mejor que nos vayamos, hablaremos después y...

—¡YO NO TENGO NADA QUE HABLAR DESPUÉS!— este le gritó a la reina, y solo así, Michael reaccionó.

—¡Suficiente!— exclamó por fin, interrumpiendo el enojo colérico y creciente de su tío— Son las 5 de la mañana y al parecer todos quieren explicaciones de mi vida— rió con sarcasmo— Excelente, las tendrán.

Me apresuré hasta Michael tomándolo del brazo, buscando evitar que dijera más de lo que debería, enojado podía ser muy cruel.

—Espera— le susurré.

—No, Briana— me alejó al instante— Si todos quieren saber la verdad lo harán— expresó seguro y con molestia en su voz.

—Michael, cállate...— volví a jalarlo del brazo.

—Lo siento mucho, tío Andrew— pero este no me obedeció, continuó hablando, guiado por el momento— Pero no me voy a casar con Amber, ni en tres meses, ni nunca. Briana está embarazada, y yo soy el padre.

Cuando aquello brotó de la garganta del rizado, fue cuando la bomba que llevaba dos semanas con la mecha encendida explotó.

Andrew corrió hasta sujetar a Michael por el cuello de su camisa de pijama y sacudirlo con brusquedad, este no puso resistencia alguna.