Cap: 30 | "𝐋𝐚 𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚 𝐑𝐞𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐀𝐥𝐞𝐫𝐢𝐜"

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REY MICHAEL

—Su majestad, el rey Andrew lo está esperando en la biblioteca de su madre, la reina Charlotte.

Indica Pierson observándome salir de mi oficina con los ojos desorbitados, luego de aquella plática con mamá.

—Claro— respondí tomándome un respiro— ¿No has visto a la señorita Lynn?— inquirí, me urgía hablar con ella también, había algo que no me dejaba en paz.

—Si, estaba conversando hace unos momentos con su primo Richard, precisamente afuera de la biblioteca, después se ha desaparecido— dice— ¿Necesita que le de algún recado en especial?

Rodé mis ojos en blanco al escuchar que estaba con Richard, pero, en este punto del caos que comenzaba a formarse en este palacio me importaba muy poco lo que sucediera entre ellos dos.

—Solo dile que me busque— relamí mis labios— Por favor.

—Como usted ordene, su majestad.

No espere más y me dirigí inmediatamente a la biblioteca en el primer piso. Hoy era un día donde tenía que estar andando de aquí para allá, todos querían hablar con todos, todos tenían que reclamar, gritar, llorar y pelear.

Sabía que en cuanto entrara a hablar con mi tío Andrew sería el inicio de la tormenta sobre esta familia, porque no creo que su buen corazón deje pasar el embrollo en el que estamos ahora.

Cuando abro la puerta de la biblioteca de mi madre y entro lo primero que veo es a Richard y a Amber, ambos sentados a los lados contrarios del escritorio, sus caras denotaban una oscuridad gigante, mientras que mi tío, parado frente a la mesa se gira estático a verme.

Detengo mi andar, serio y firme, como si ante mi estuviera una piedra a la cual no debo de demostrarle sentimientos. Opté por entregar mi mejor cara de contención y dureza.

—No creí que vinieras tan rápido, sobrino— empezó, alzando sus cejas— Apenas hace dos minutos le dije a tu mayordomo que te buscara.

—Bueno, supongo que esta conversación debió suceder hace mucho, ¿por qué seguir esperando?— contesté a la defensiva.

Mi tío endureció su mandíbula colérico, fue cuando noté el caos en la biblioteca, Amber incluso tenía los ojos demasiado rojos y las lágrimas corrían por ellos cual cascadas en silencio. Richard por otro lado tenía la cabeza abajo, mientras se recostaba en la silla.

—No le encuentro proveniencia a tu cinismo— gruñó mi tío— Encima de que todos en este asqueroso palacio se unieron para mentirme a la cara, encima de que embarazaste a otra mujer estando aún con mi hija, y encima de que mantienes una relación con esta misma mujer, ¿te atreves a hacerte el ofendido?, ¿de verdad?

Fruncí levemente el ceño, listo para soltar un discurso majestuoso que ni siquiera en las reuniones reales con el parlamento de gobierno he dicho, pero Amber se adelantó a interrumpirme.

—Ya le he explicado que Briana se hizo una inseminacion artificial— habla con la voz rota— Que en realidad no te acostaste con ella para procrear un hijo, pero veo que no lo entiende.

—Lo que si entiendo es que esa mujer es una cómplice más de ustedes. Y una ladrona— enfatiza mi tío Andrew.

—Yo también concuerdo con eso, pero en este lugar todos siempre estuvieron ciegos— Amber agrega y se calla en cuanto la volteo a ver seriamente, ordenándole que cerrara la boca.

Si bien antes mi cerebro creía que si lo había hecho, después del tiempo que he convivido con la dulzura de Briana, creo firmemente que ella no se robó mi frasco de esperma.

BEBÉ REAL | Michael Jackson [Book 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora