FINAL | 𝐔𝐧 𝐫𝐞𝐲 𝐬𝐢𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚

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REY MICHAEL

Terminé de colocarme uno de mis mejores trajes puesto que en un día como hoy no podía verme por los suelos, o hecho mierda, como Amber dijo

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Terminé de colocarme uno de mis mejores trajes puesto que en un día como hoy no podía verme por los suelos, o hecho mierda, como Amber dijo.

Ajusté la corona en mi cabeza que me distinguía como rey y guardé la cajita con el anillo en mi bolsillo del pantalón. Fue cuando entonces estuve listo para irme.

El matrimonio fue un acto que durante mucho tiempo creí lleno de posesividad y encarcelamiento hacia ambas partes, pero me vi en la necesidad de aceptar unirme en ello, hace aún menos de un año estuve apunto de casarme, de enjaularme y vivir unido a la persona para convivir con todas sus facetas.

Hoy, he cambiado mi visión sobre casarse con alguien, pues, el matrimonio no es una prision, o un lugar donde debas encontrarte asfixiado de él o ella, es simplemente el poder compartir tu vida con alguien que amas, crear nuevas experiencias juntos y buscar la armonía cálida del hogar que formen.

No era posesividad, no era encarcelamiento, no era una jaula sin salida. Era todo lo contrario, era paz, amor, seguridad y confianza.

Briana representaba todo eso para mi, por tanto, no podía ni quería dejarla ir. No ahora, y de hecho, nunca.

Me bañé, me preparé mentalmente y fui directo hacia la guerra que me esperaba al hablar con ella para enfrentar esta situación de horror que nos pone contra la pared cual sumisos. Mi intención desde que me vi hundido en su esencia fue no dejarla sola, inclusive si me perdí el nacimiento de nuestro hijo, no estaba dispuesto a perder un segundo más y esta vez, perderlos a los dos para siempre.

Las camionetas reales me llevaron directamente al hospital donde se hallaba internada, de acuerdo a mi madre y a Amber hoy le darían de alta por la noche, ella no regresaría al palacio y se iría con sus padres a America, lo cual no permitiría, no si logro colocar este anillo en su dedo.

Al llegar al hospital me reclutaron con seguridad y discreción hacia su habitación, hasta ahora ningún medio de comunicación o de chismes se había enterado del nacimiento del bebé, dándome oportunidad todavía de arreglar este embrollo y anunciar la noticia como debía ser.

La doctora que atendió a Briana me advirtió un par de cosas que entendí por lógica.

—Su majestad, Lady Briana está un poco triste, y no tiene ganas de verlo, pidió específicamente que no lo dejáramos pasar— recitó la mujer de bata blanca— Pero si usted dice que esto es de vida o muerte, adelante.

Lo era, se trataba de mi vida futura, que dependía de una respuesta, o de mi muerte, que también dependía de ella, porque últimamente todo mi universo giraba alrededor de Briana.

—Claro— fue lo único que dije hacía la doctora. Todos se dispersaron, mis guardaespaldas se habían colocado frente a la habitación y yo carraspeé mi garganta antes de poner mi mano en la manija de la puerta.

BEBÉ REAL | Michael Jackson [Book 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora