Cap: 33 | ¿𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚?

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Palacio Real de Aleric
Inglaterra, Reino Unido

REY MICHAEL

—Su majestad, la junta de estado con el consulado del Reino Unido es este lunes— Verónica, mi asistente, me recuerda desde la puerta de mi oficina.

—De acuerdo— respondí terminando de enviar algunos documentos importantes por correo hacia la cuenta de las mancomunidades de Inglaterra.

—Aunque...— ella agrega caminando con su tableta electrónica en mano— El canciller de Wessex mandó una petición para que la junta sea este sábado.

Apagué la computadora y solté una pequeña carcajada viendo a mi asistente.

—Imposible— refuté— El sábado es la fiesta de revelación de género de mi hijo. Si no me presento mi madre y Briana van a cortarme la cabeza.

La junta de estado gubernamental era importante una vez al año, servía como una reunión de negocios y protocolos que yo, como rey de Aleric, la ciudad más grande económica y territorialmente hablando del Reino Unido debía de organizar para tener la aprobación del consulado general del país.

Siempre veía a mi padre dirigir esta junta con puño de acero, Verónica lo acompañaba para no perderse entre tantos papeles, citas, documentos y tratados.

Este año sería mi primera junta de estado como monarca oficial, me provocaba una especie de nervios adjuntos a la emoción de poder por fin representar a Aleric, pero, independientemente de eso, tenía un compromiso con mi madre, sobre todo con Briana y con mi hijo.

—¿Entonces le confirmo al canciller de Wessex que no puede adelantar la junta?— inquirió Verónica.

—Así es, el sábado es un día donde no trabajaré— finalicé poniéndome de pie, mi asistente asintió con la cabeza y anotó algo en su tableta.

Seguidamente tocaron la puerta un par de veces a la vez que la abrían, mientras una silueta con una enorme pancita entraba con sigilo.

—Hola, ¿interrumpo algo?— preguntó Briana en el marco de la puerta.

Sonreí al verla.

—No, ya hemos terminado aquí— le dije alentándola a entrar completamente.

—Me retiro, su majestad— Verónica me habla haciendo una reverencia ante mi, después volteó hacia Briana— Con permiso, su alteza real.

La chica salió de mi oficina, y una risa de felicidad brotó de mi ahora acompañante.

—¿Adivina qué?— cuestionó caminando hacia mi, la sonrisa le adornaba todo el rostro, lucía hermosa— ¡Todos los invitados confirmaron que vendrán a la fiesta de revelación!— aplaudió de alegría— Incluso mis padres, vendrán desde Los Ángeles hasta Aleric, hace mucho tiempo no les veo.

Su humor fue contagioso, pues en automático sonreí de igual forma, me gustaba la luz y la felicidad que irradiaba Briana estos últimos meses desde que las cosas cambiaron en el palacio.

Ella era luz y colores, era capaz de iluminarte con su alegre humor porque nunca se enojaba, siempre le veía lo positivo a todo, y no se si era por el bebé, por las mejorías en nuestra situación o por cualquier otra cosa.

Mi único objetivo en estos dos últimos meses había sido hacerla feliz, hacerla sentir bien, verla justo como la veo ahora. No permitiría que sufriera otro accidente como el de la última vez.

Lo había logrado.

—Que bien— tomé sus manos entre las mías apretándolas un poco— Sabes, me siento nervioso por conocer a tus padres, probablemente no se esperaban que tuvieras un hijo con un rey.

BEBÉ REAL | Michael Jackson [Book 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora