Cap: 15 | ¿𝐍𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐡𝐚𝐦𝐛𝐫𝐞?

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BRIANA

—¡¿Entonces contesté la llamada sin darme cuenta?!— exclamé cubriendo mi boca con mis manos completamente estupefacta por la noticia.

Michael rió un poco, se veía relajado lo cual me daba a entender que hoy fue un buen día para él, asintió mirándome sin preámbulo.

—Deberías ser más cuidadosa— dijo, y por dentro me morí de la vergüenza.

—¿Qué fue lo que escuchaste?— pregunté rápidamente antes que cualquier otra cosa, acababa de llegar de sus pendientes del día solo a darme un infarto por su revelación.

—Uhm, nada en especial— respondió y caminó hasta sentarse en el borde de la cama— Más bien, nada que arruine tu dignidad.

Suspiré restregando mi cara entre mis manos ofusca. Recordé escena por escena cuando estaba hablando con Phoebe y mi celular sonó en un llamada, pensé que de verdad había colgado para tener privacidad con mi amiga, sin embargo, en vez de hacerlo presioné el botón equivocado. Y ni siquiera vi quién llamaba.

Le señalé con mi dedo desde mi lugar— Si oíste algo que no debías yo...

—Tranquila, Briana— el vuelve a reírse de mi por la preocupación que alberga mi rostro— Probablemente si hubieras dicho algo malo no te habría enviado estas flores.

Ambos miramos el arreglo en el suelo a escasos centímetros, respiré con profundidad y determinación, buscando tragarme la vergüenza que me arrastraba.

—Lo siento— dije cruzándome de brazos— No pensé que estarías escuchando— mordí mi labio inferior— ¿Qué fue lo que oíste?

Michael calla, enarca sus cejas en medio de una sonrisa que brilla, se que estaba pensado que contestar, cosa que me inquietaba.

—Hay cosas que es mejor no saberlas.

Su respuesta me confunde, le miro fulminante pero no soy capaz de reclamarle.

—Bien, como sea— rodé mis ojos en blanco— Gracias por el arreglo, fue un lindo detalle, aunque no tenías que haberlo hecho, sigo sin entender porque, además, la tarjeta que pusiste no decía mucho.

—¿Exactamente quieres una explicación de todo?, a veces simplemente no hay una en específico— murmuró sagaz apoyándose con sus brazos hacia atrás en el colchón de la cama.

—Es que es impresionante que el respetable y reservado rey de Aleric me envíe flores— sonreí por mi propio comentario.

—Creo que no hay alguna regla que le impida a un hombre enviarle flores a la madre de sus hijos.

Mi espalda siente una corriente eléctrica desconocida que me hace estremecer notablemente. Respiré otra vez para intentar calmar mis latidos algo agitados, y encontrarle un sentido a todo esto.

—Siendo así, gracias— dije— Otra vez.

Michael negó con la cabeza en medio de otra sonrisa brillante que eran algo inusuales en él, pero se le veía tan bien.

—Gracias a ti, Briana.

Sus ojos se posicionaron en los míos por varios segundos, la habitación se embriagó de un silencio sereno, que no era incómodo pero si nuevo para ambos, entre los dos. Nadie decía nada, solo estábamos ahí, viéndonos el uno al otro.

Tosí levemente y fui a sentarme a su lado, adoptando cierta distancia de su cuerpo.

—Por cierto— hable nuevamente— Hoy cumplo un mes de embarazo.

Se volteó hacia mi.

—¿Y necesitas que te acompañe a revisión médica o algo así?— preguntó.

BEBÉ REAL | Michael Jackson [Book 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora