Un Omega Para Jaehyun [Jaedo]

Capítulo Dieciocho

—¿Doyoung?

Kim no sabe como logró que el tiempo le alcanzará. Solo sabe que cerró el ropero con rapidez, tiró la llave debajo de la alfombra y antes de que pudiese pensar con claridad se quitó la camisa.

Jaehyun se asomó hacia el armario confundido de que ésta estuviera abierta pero cuando vio a su Hyung sin su camisa, su blanco pecho y bonito, ligeramente ejercitado, se ruborizo y le dio la espalda.

—¡Jae, ¿qué haces?! —Do se hizo el molesto y ofendido de que el menor lo haya mirado.

—¡L-Lo siento, no sabía que te estabas cambiando! N-No fue mi intención verte, l-lo juro —apresuró a decir avergonzado y culpable.

Doyoung intentó volver a ponerse la camisa, incómodo por su herida y camino hacia afuera junto al Alfa.

—No quería cambiarme en el cuarto por si llegabas y entrabas de repente, pero ni en el armario me salvo de esto —dijo sonando convincente, se cruzó de brazos y frunció su ceño.

—L-Lo siento. Solo vine a buscar mi ropa, la tomaré y me iré al cuarto de Johnny para bañarme allá, ¿te parece?

—No tranquilo, mejor prepárate tu primero, tú eres el que va a la universidad, no yo.

El Alfa asintió apenado —Realmente lo siento.

—Ya, ya, entendí. Está bien.

Bien, Doyoung no pensó que sentiría tanta culpa por su piadosa mentira. Hizo sentir mal al ingenuo Alfa. «Lo siento pero lo hago por una buena causa»

Más al rato, todos se encuentran en la cocina preparando unos sandwiches de desayuno. Comieron algo ligero y guardaron lo demás en una lonchera. Jaehyun preparo en un plato dos sandwiches picados en triangulo, bien bonitos y arreglados con buena presentación, todo para Doyoung quien se sentó y le miró con sorpresa.

—Espero que te guste —le dijo después de servirle el plato —En la nevera hay kimchi y Kimbap para el almuerzo, volveré a las cinco, no podré acompañarte en todo el día pero cualquier cosa que necesites me llamas no importa si estoy en horario de clases, siempre estaré disponible para usted, hyung.

Kim asintió con un leve sonrojo.

Kun a su lado negó divertido, ¿y aún no admite que le gusta Doyoung? Pensó.

Johnny carraspeo. —Vamos, Jae. Se nos hará tarde —apresuró a decir.

—Yo me voy —se despidió el Chino y se esfumó.

—Cuídese, Hyung y recuerde no cargar cosas pesadas —se despidió Jung sin querer irse.

—Ya vete.

—Esta bien, ya me voy.

—Adiós, Jung.

—Adiós, Hyung —le sonrió.