Capítulo Treinta y Tres

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—No, no puedo quedarme —sus palabras dejaron en un completo silencio lleno de un aura totalmente tensa entre aquellas cuatro paredes.


Escuchar aquello, fue como sentir una daga clavándose en lo profundo de su corazón. Aún cuando en su interior comienza un diluvio, forzó una sonrisa que no sentía y asintió casi al borde del colapso.

—Está bien —fue lo único que dijo y evitó el contacto visual con el Omega.

Doyoung aturdido asintió y murmuró un —No voy a tardar —y salió con un amargo sabor en la boca, es la culpa.

Pensó por un segundo que el Alfa sería capaz de agredirlo como aquella vez pero en cambio, sintió como una parte de él se rompió y duramente le sonrió amable, a pesar de no sentirse bien. Pero él debe de saberlo, el verdadero Jaehyun no es capaz de matar ni a una mosca estando cuerdo, Jaehyun no es malo, solo está lastimado y sin querer terminó perjudicando a los demás.

Caminó hasta el final del pasillo y dobló encontrándose con aquel Alfa de aroma a Arena y Agua de mar, ese olor tan placentero y amigable que le produce paz. Éste menor lo esperaba recostando su espalda contra la pared y una vez lo vio, se puso recto de nuevo para mirarlo de frente.

La razón por la que salió a reunirse con Sungchan fue porque éste le pidió en un susurro que salieran para hablar. ¿De qué quiere hablar? Aquello le perturba un poco.


—¿Usted... Y Jaehyun-Hyung están en algo, no? —cuestionó un tanto curioso y avergonzado.

Doyoung no supo responder exactamente con qué, aún no son nada y no sabe si en el futuro próximo lo serán pero, no puede darle una falsa esperanza a Sungchan, no puede mentirle —Aún no, pero no se si en el futuro llegue a pasar algo.

—Creo que no hay espacio para mi en ese futuro —aseguró el menor soltando una pequeña risa gélida, sonando un tanto dolida. Doyoung quiso decir algo pero el menor se adelantó —Está bien, no quiero interponerme entre ustedes. La verdad lo hubiese intentado, el... Conquistarle, Hyung pero es obvio para cualquiera que Jaehyun-Hyung fue el que ganó su corazón primero. La forma en que se miran y su conexión, creo que no es un simple romance. Destinados, ¿quizás?

—Lo siento —bajó la cabeza avergonzado. —Siento no habértelo dicho antes, era complicado, siempre fue complicado y traté de evadirlo, ignorarlo y seguir adelante.

Sungchan negó —No, esta bien. Tranquilo, usted siempre fue honesto conmigo, me dijo que no me ilusione rápido ya que solo nos estamos conociendo. Así que estoy bien.

—¿No te ilusionaste? —le miró con preocupación, atreviéndose a preguntar algo tan personal.

La sonrisa en el rostro del Alfa flaqueo, las comisuras de sus labios temblaron y sintió como le fue difícil mantener aquella expresión brillante, todo para no entristecer al Omega frente a sí con su respuesta —No, no me ilusione —corto y conciso, así fue la piadosa mentira que soltó mientras su corazón se rompe a pedazos —N-No llevábamos conociéndonos mucho, es imposible que alguien se enamore tan rápido si no son predestinados —suelta de nuevo una risa que más parece nerviosa que agradable.

Un Omega Para Jaehyun [Jaedo]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora