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A la mañana siguiente decidí ir a la escuela, no seria la primera vez que apareciera golpeada, me quite la gasa de la frente y me puse dos benditas, cambie la bendita de mi nariz por una nueva y para ocultar los moretones me puse un cubrebocas.

Como siempre llevaba medias y suéter no me preocupaba por los demas moretones, solamente tenia que caminar despacio y no me doleria.

Mikey fue el encargado de llevarme a la escuela aun que me dejo una calle antes queríamos evitar que nos vieran juntos.

Caminaba tranquilamente por los pasillos cuando senti como me tomaron por los hombros de forma brusca al mismo tiempo que terminaba impactando contra algo duro, solte un quejido y maldecia a quien me haya agarrado.

-Buenos días, hoy si decidiste venir- se burlo Ran moviendome de un lado a otro.

Lo empuje mientras me seguía quejando por el dolor.

-No me toques- ambos hermanos se quedaron callados de golpe cuando vieron mi cara.

Rindou fue el primero en reaccionar y me bajo el cubrebocas, ambos estaban sorprendidos, se voltearon a ver y luego volvieron a verme, me sentía incomoda con sus miradas por lo que me acomode el cubrebocas y me dirigí al salón.

Cuando entre, paso lo que suponía, empezaron a susurrar cosas relacionadas conmigo, a veces me daban risa algunas suposiciones que sacaban, aun que me sorprendía la gran imaginación que tenian algunos.

Los hermanos entraron unos segundos después de mi y rápidamente me acorralaron en mi lugar, solte un suspiro y los observé a ambos sin interés.

-¿Piensan seguir viendome como si me hubiera salido una segunda cabeza?- solte sarcástica ladeando un poco mi cabeza.

-¿Quien te hizo eso?- Rindou gruño volviendo a bajar mi cubrebocas.

-¿Fue por eso que no veniste ayer?- pregunto Ran seriamente y yo simplemente evite mirarlos -¡Contestanos Hall!

-En primer lugar no me grites, odio que me griten- voltee molesta -En segundo lugar no tiene importancia.

-¿Te metimos en problemas?- Ran parecio tranquilizarse un poco.

-No, no me metieron en problemas- aparte la vista avergonzada.

-¿Puedes decirnos quien te hizo eso?- señalo Rindou toda mi cara y yo negué tranquilamente.

-No conocía a las personas- mentí, las únicas personas que sabían sobre mis problemas eran mis amigos y eso era porque lo descubrieron por casualidad.

-Diablos Hall, debiste llamarnos- Ran se acerco a mi rostro tomandolo delicadamente.

-No tenía sus números- sonrei burlona mientras me liberaba de su agarré -Ahora que tuvimos una hermosa conversación vayan a sus asientos, las clases van a empezar.

Ambos me hicieron caso y yo nuevamente volví a acomodar mi cubrebocas en su lugar, voltee a ver a Rindou rápidamente.

-¿Me podrías prestar los apuntes de ayer?- él asintió tranquilo mientras buscaba en su mochila me paso tres libretas.

-En las otras materias no apuntamos nada- dijo tranquilo, supongo que habia notado mi mirada confundida.

Le agradecí y volví a mi posición normal, empecé a escribir rápidamente en mi libreta, Afortunadamente la letra de Rindou era entendible a decir verdad era demasiado bonita para ser de un chico, me preguntaba como era la de Ran.

A la hora del almuerzo no tenía las fuerzas suficientes como para querer caminar hasta la cafetería, sin mencionar que Emma me había preparado un pequeño almuerzo, saqué mi botella de agua y un analgésico, me estaba empezando a doler todo nuevamente.

¡Boyfriends!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora