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-¡Justo ahora te odio imbécil!- grito el menor de los hermanos mientras le aplicaba una llave a su hermano.

-¡Así, pues yo te odio más!- intentaba liberarse del agarre aun que sin mucho éxito, estaba bien sujetó.

-¡Si no te hubiera hecho caso, Hally estaría con nosotros ahora!- lo solto para darle un golpe en la cara al mayor.

-¡Si no lo hubieramos hecho, probablemente la hubieramos hecho llorar!- le devolvió el golpe mientras le daba la vuelta, esta vez quedando encima del menor.

-¿Y crees que no lo hemos hecho ya?- preguntó molesto -¡Me molesta no poder estar con ella para acompañarla y decirle que todo estara bien!

-¡Solo cállate de una vez Rindou!- lo empujó, ya estaba mas que cansado, así que tomó lo primero que encontró para pegarle al menor.

-¡¿De dónde demonios sacaste un tubo?!- se quejó, resultaba que su hermano le había salido mago -¡Todo es tu culpa Anabelle!

-¿Y quien me siguió en mi idea?- Rindou lo había tomado por sus características trenzas mientras que este le pegaba en las costillas -¡Tu también tienes la culpa Miope!, ¡Suelta mi cabello idiota!

-¡Tenemos que disculparnos!

-¡No, déjala hacer su vida con alguien que no la haga sufrir!

-¡Hace una semana no sabemos de ella, Kakucho no nos dice nada!

-¿y qué esperabas?, ¡Estamos hablando de Hally!

-¡La necesitamos!, ¡yo no puedo ver un futuro sin ella Ran!

Ambos habían caído al piso, cansados, jadeando mientras intentaban recuperar el aliento.

Rindou había empezado a llorar mientras se acercaba a su hermano buscando un refugió, Ran instintivamente lo abrazó mientras le pedía perdón por haberlo golpeado y alejado a Hally de ellos.

Y así como habían empezado, termimaron dormidos en el suelo, cada uno sumergidos en sus pensamientos.

***

Nuevamente me había levantado casi corriendo al baño a vomitar, nuevamente Mitsuya se encontraba a mi lado sosteniendo mi cabello para que no se ensuciara.

-¿No será alguna infección? llevas así hace como dos semanas y media- él bostezo mientras mazajeaba mi espalda.

-Me siento horrible- murmure mientras jalaba la palanca y Mitsuya me ayudaba a levantar para limpiar mi boca.

-Tranquila, todo estara bien- sonrió amablemente mientras limpiaba algunas pequeñas lagrimas que se me habían escapado -¿Quieres un poco de té?

Asenti, mientras me recargaba en el lavabo y observaba mi reflejó en el espejo, me notaba mas demacrada, las ojeras notables que se habían formado por las pocas horas de sueño, había perdido incluso un poco de color.

Los chicos al darse cuenta de eso no dudaron en turnarse para cuidarme cada día, mañana por lo que tenía entendido era el turno de Mikey, pero como todos dudaban de el estaba segura que vendría Draken de igual forma.

De manera perezosa baje hasta la cocina para estar cerca de Mitsuya, eran las tres de la mañana, solté un suspiro y me senté en una de las sillas que se encontraban cerca.

-¿Quieres un poco de azúcar?- me pregunto una vez dejó la taza frente a mi, negué tranquila mientras sentía como me daba un pequeño beso en la frente.

-Creó que ire mas tardé al médico- le informé una vez se sentó frente a mi con una taza para él.

-Claro, te puedo acompañar o puedes esperar a Mikey y Draken- sonrió tranquilo y comprensivo.

¡Boyfriends!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora