LOCA OBSESIÓN

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– Olvida todo eso – vocifera Dongheon – Tampoco lo comentes con otros. Ni una palabra a Minchan. Esto nunca pasó – recoge la última prenda y abandona la habitación.

– Tal vez... fui demasiado brusco – Hoyoung no dice más para evitar el odioso dolor en la cabeza – No volveré a beber – dice guardando las botellas en su caja y regresandola debajo la cama de Minchan – Tendré que limpiar esto también.

Toma un baño antes de limpiar todo el desastre que hizo antes de abrir las botellas.

Después recuerda a Dongheon camina un poco extraño y se prepara para salir hasta alguna farmacia cercana.

Compra para aliviar el dolor de cabeza y regresa caminando con lentitud hacia los dormitorios, sonriendo bajo la máscara mira todo su alrededor: los edificios, algunas personas dentro sus coches, rumbo al trabajo, otras paseando a sus mascotas, algunas simplemente paseando o ejercitando su cuerpo.

Como si no fuera suficiente ver a otros avanzar, detiene su caminar para centrar su atención en una tienda.

No recuerda muy bien los gustos de su líder, pero podría bastar algunos bocadillos para reducir su mal humor. Así que, compra algunos y regresa tranquilamente a los dormitorios. Porque en el fondo, aunque recuerde muy poco, está felíz por saber que sucedió lo que tanto esperaba. Que dejó de limitarse a verlo debajo el poder de alguien más. Posiblemente tenga una oportunidad de avanzar hacia algo más, si es más considerado a partir de ahora.

Podría aprovechar estos dos días más y afianzar su relación con el mayor, para desarrollar algo más formal entre ambos. Tan sólo debe ser más cuidadoso y demostrarle su aprecio. No podrá rechazarlo.

Decidido, sale del ascensor y camina hasta la bien conocida puerta, que se abre desde adentro cuando está por ingresar la contraseña y entra antes de que el líder, con la mascarilla puesta y bien abrigado, empuje una maleta.

Se miran en silencio por unos segundos, siendo el mayor quien desvía la mirada cuando Hoyoung lo observa de pies a cabeza.

– Tu teléfono, las llaves de emergencia y el dinero para tus transportes están en la mesa. Tu boleto llegará en unas horas, puedes revisarlo cuando inicies sesión.

– ¿Tú..? ¿A dónde..? ¿Ya te vas?

Dongheon asiente aún sin mirarlo.

– El gerente no vendrá a revisar, así que, puedes hacer lo que quieras y te vas cuando tengas que hacerlo. No tengo por qué cuidarte más, puedes hacerlo solo – hace a un lado a Hoyoung y arrastra su maleta fuera, para regresar unos segundos – Termina con Yongseung, por favor. No podría verlo... sabiendo lo que... hice. Tampoco podré ver más a Minchan a los ojos... si es posible renunciar... Todo debe terminar. Adiós, Hoyoung.

Hoyoung termina de procesar lo que acaba de suceder, cuando Dongheon está ingresando al ascensor.

– No, hyung, espere – deja las bolsas en el piso y corre hacia las puertas que se cierran frente a él – Dongheon-hyung, no se vaya – rápidamente llama a la otra cabina y baja al borde de la desesperación. Ansia que otros ocupen la otra cabina, para darle tiempo de bajar o que regrese, pero sabe que lo último será imposible y lo confirma al llegar a estacionamiento y Dongheon está a metros de distancia lejos, acercándose a un taxi – ¡Dongheon-hyung! – el mayor parece escucharlo y acelera el paso – ¡Hablemos, por favor! ¡No se vaya! – Hoyoung corre, pero no llega a tiempo – ¡Hyung! – el taxi repentinamente se detiene y Hoyoung corre, pero esta vez se aleja a máxima velocidad – ¡Hyung!