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– No puedo creerlo, después de contarnos todo esto – Yeonho eleva el volúmen de su voz – ¿Aún quiere volver a verlo? ¿No se supone que debería estar asustado de él, en lugar de perdonarlo?


– Me perdonó, por acostarme con otras personas y yo puedo perdonar sus castigos, porque lo amo.




– Te pidió que renuncies a ser cantante – susurra Gyehyeon, recordando lo que Dongheon dijo en una de las reuniones que tuvo con su amigo – Trabajaste duro para serlo, ¿Realmente planeabas dejar todo esto por él? ¿Porque volvía a tratarte como tanto querías? – Dongheon niega, llorando en silencio – Sin saber el riesgo que podrías correr, ¿Aún dices sentir algo por él?


– ¿Qué hay de Minchan?


– También lo amo.


Yeonho hace una mueca, mientras contiene el aire en sus pulmones.


– Estás loco.


– Sí, Yeonho... soy un enfermo.


Yeonho baja de la cama y sale de la habitación, mientras Gyehyeon abraza a Dongheon y acaricia su espalda en silencio, intentando comprender la mente de su líder.


– Yeonho – el nombrado se detiene y mira a Gyehyeon – No le digas a nadie... lo hará por sí mismo... cuando se sienta listo.


Yeonho asiente y sale, cerrando la puerta soltando un largo suspiro después de escuchar la razón de Dongheon por la que salía cada noche y algunas cosas más.


Dongheon había hablado después de pensarlo mucho y torturarse la cabeza, preocupado sobre la reacción de sus menores, quienes podrían juzgarlo al escuchar y ya no querer saber nada de él.


Dongheon ya no ve a Yeonho en su habitación y llora más en los brazos de Gyehyeon.


Yeonho mira la puerta de su habitación cerrada y pasa de largo, para caminar hacia la cocina y beber un poco de agua.


– Está enfermo – susurra abrazándose a sí mismo y saltando del susto, cuando unos brazos rodean su cintura.


– Yeono-hyung – el más joven sonríe ampliamente, cuando Yeonho verifica quién es.


– Me asustaste, Kangmin.


Kangmin deja de sonreír e inclina la cabeza a un lado, cuando Yeonho regresa su vista hacia la pared, sin hablar más o intentando alejarlo.


– ¿Estás bien? ¿Lo asusté mucho?


– No.


Kangmin deja de abrazarlo por propia voluntad y mira tristemente a Yeonho.


Ni siquiera se habia burlado.


– Entonces, ¿Qué está mal?


– Nada – Yeonho da media vuelta, pero su vista se desvía de Kangmin.


– Buenos días, chicos.


Kangmin voltea y saluda a Yongseung con una reverencia, pensando que Yeonho hace lo mismo, al no escucharlo hablar.


Yongseung responde y mira nuevamente a Yeonho, sonriendo ligeramente.


– Yeonho.


Yongseung da un paso adelante y Yeonho camina rápidamente fuera de la cocina, evitando tener contacto con Yongseung, quien mira confundido hacia atrás y Kangmin bloquea su campo de visión con el rostro enojado.


LOCA OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora