LOCA OBSESIÓN

33

Al siguiente día, Hoyoung no entiende la extraña evasión de Dongheon hacia su persona. Es más, él debería aplicar la ley del hielo por la hora en que regresó.

– Al menos son días de vacaciones o nos castigarían por despertar tan tarde... ¿A dónde va, hyung?

Dongheon se detiene en seco, por ser decubierto nuevamente y da media vuelta aun más nervioso.

– Saldré por unas horas.

– ¿No me escuchó? Debe dejar ese mal hábito de salir o lo sancionarán, cuando lo descubran. No es bueno para usted salir tan seguido. Puede encontrar el peligro.

– Puedo cuidarme.

– Lo dudo.

Dongheon no reacciona a la risa de Hoyoung.

– Voy a salir.

– Sólo bromeo, hyung, ¿Hyung? – ve al mayor salir del dormitorio – ¡Hyung!

Hoyoung mira desconcertado de regreso hacia el televisor.

Se levanta del sofá y camina nuevamente hacia la habitación del líder, pero debe ir a buscar la llave, para quitar el seguro.

Deja un pequeño desastre en la cocina y con la llave en manos, se dirige hacia la habitación del líder para también crear un desastre al no encontrar lo que busca.

Crea un remolino de desorden en el living. Regresa a los pasillos, sujetándose los cabellos e ingresando a su habitación.

Sale de su desastrosa habitación e ingresa a la habitación del jóven cuarteto.

Intenta ser cuidadoso, pero al encontrar la caja bajo de la cama de Minchan, tira las sábanas al piso con coraje. Tira de las sábanas de Yongseung, Kangmin y Gyehyeon.

Avienta las ropas de Dongheon, fuera del guardaropa de Minchan, como los hizo con ellas desde el guardaropa de Dongheon.

Con la respiración agitada camina hasta la caja y saca lentamente la botella que abrió el día anterior. Lo eleva con una mano en inclina hacia atrás, dispuesto a arrojarlo contra la pared y hacer lo mismo con las otras botellas.

Recuerda escuchar a Dongheon referirse sobre lo especiales que le resultaban esas botellas y su inconsciente, detiene su intención de romperlas y hacer algo distinto, para que Dongheon aprenda a no ignorarlo.

Dongheon vuelve a llegar tarde a los dormitorios y le desconcierta ver el living desordenado al encender las luces.

Demasiado silencioso.

– Hoyoung no sería capáz de dejar encendido el televisor – apaga dicho aparato y permanece en silencio por unos segundos, intentando encontrar una respuesta – Espero que no nos hayan encontrado – con mucha cautela camina hacia el oscuro pasillo – ¿HoYoung? ¿Estás vivo? – no lo encuentra en su habitación y se percata de una tenue luz filtrándose por la puerta desde la habitación de los más jóvenes. Un poco asustado, se acerca y empuja con mucho cuidado la puerta, esperando ver cualquier cosa. Su corazón se detiene, cuando ve a Hoyoung sentado en el piso y bebiendo directamente de la boca de una de sus botellas – ¿Pero qué... – antes de refutar que ese no es el Hoyoung que conoce, su vista se clava en las otras botellas abiertas a su alrededor y empuja la puerta demasiado enojado – ¡¿Qué estás haciendo, Bae Hoyoung?! ¡¿Qué demonios sucede contigo?! ¡¿Por qué... ¿Por qué haces esto? – Dongheon le quita la botella de las manos y se sienta a su lado con calma, no podía regañarlo en el mismo estado – ¿Te encuentras bien? Mírame, por favor.