- ¿Quién es ella? - la joven pelirroja preguntó. Sus ojos puestos en la mujer que estaba parada en el ala de favoritas.
- Ella es Mevkibe hatun, la favorita de su majestad - dijo la kalfa en voz baja - Su majestad la adora.
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Según datos histórico...
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Kemal agha guiñó su ojo izquierdo en complicidad a lo que asentí antes de entrar en los aposentos del Sultán, puse mi mejor sonrisa sobre mi rostro, Suleiman se encontraba de espaldas a mi, me acerqué a él y en vez de hacer la ceremonia correspondiente que arrodillarme y besar el ruedo de bata, envolví mis brazos alrededor de su torso, recostando mi cabeza en su espalda.
Sus manos sostuvieron las mías antes darse la vuelta, quedando así uno frente al otro, cara a cara, sus labios se encorvaron hacia arriba, su mano derecha se posó en mi rostro, su dedo anular delineó mis labios, besé su dedo, el hombre se quedó observándome en silencio unos segundos antes de que de forma agresiva estampara sus boca contra la mía.
Cuando nos separamos el hombre me envolvió entre sus brazos, su barbilla descansando sobre mi cabeza.
- Te he extrañado tanto pajarito - inhaló con fuerza el aroma de mis cabellos.
- Yo también lo extrañé, me aburría sin su precencia - dije con gracia.
Sueliman tomó mi mano y me fui hasta la mesa ya preparada, siento en uno de los dos cojines en el suelo para posteriormente jalarme hacia él, obligándome así a sentarme sobre sus piernas, dejo un beso sobre mi cuello.
" Me siento atado a tu amor, a la lejanía, a la ausencia, a la nostalgia.
Me siento atado, a la soledad, al recuerdo. al olvido, al final. "
Suleiman recitó mientras juega con mis dedos.
- Así me siento, así se siente todo cuando no te veo - escondió su rostro en el hueco de mi cuello.
- Me encantó, yo también tengo algo para usted - saqué del escote de mi vestido blanco una hoja - Es para usted majestad - se la extendí con una sonrisa.
El hombre observó la hoja con una ceja alzada antes de tomar la hoja entre sus manos y leer su contenido, una sonrisa formándose en su rostro, puso la hoja sobre la mesa.
" Busco calor en el regazo de sus alas, me me pierdo en el azul de su mirada, siento mi alma a la de usted atada.
Abraceme fuerte hasta el día de muerte, sostenga mi mano y descanse su cabeza en mi regazo, soy guardián de tus sueños, de tus anhelos, amante de tus labios, amante de tu ser, amante de tu fruto, amante de tu amor, amante de tu calor. "
- Amante de mi amor, amante de mi fruto - una de sus manos se colocó en mi muslo y la otra en la parte trasera de mi cuello - Soy amante de tu aroma, amante de tu voz y de tus hermosos ojos - dijo para luego besarme.
Fundirnos en el frío de la noche y el calor de nuestros cuerpos, hundirse en mi como una piedra sobre el río y plantar su semilla en la tierra fértil, acompañado de los suaves murmullos que claman nuestra unión.
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