Capítulo 45 Şehzade Abdullah

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- Eso no es justo, se supone que te ama, no puede hacerte eso - Gulnihal comentó con desconcierto

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- Eso no es justo, se supone que te ama, no puede hacerte eso - Gulnihal comentó con desconcierto.

- No, le dirás que no - Rasha sentenció.

- Mevkibe, tu eres la esposa legal de su majestad, estas por encima de todos en este palacio - Oyku pasó una mano por sobre mis hombros - Si aceptas, ella estaría a tu mismo nivel - con disgusto dijo.

Asentí, sintiendo la mano de Oyku deslizarse por mi espalda, volteo a verla, sus ojos me observan con fijeza, en ellos un mensaje oculto pero a la vez bastante claro.

- Debes mostrar tu poder, que se entere de una vez por toda que el Sultán nunca será de ella - siseó con recelo.

- No sé que haría sin ustedes - suspiré antes de mostrar una sonrisa - Realmente me siento dichosa de tenerlas como amigas - las miro una a una - Burcu Kalfa, llame a la Sultana Hurrem, deseo verla - ordené.

- Sus deseos son órdenes - la mujer hizo una reverencia, su rostro adornado por una ligera sonrisa.

- Se atrevida, dile que es una bruja y su vil plan no tendrá éxito. Si se niega a estar con el Sultán, allá ella - Rasha se encogió de hombros.

Sonreí, me puse de pie y caminé hasta llegar a la mesa frente al espejo, deslice mis dedos por la madera hasta llegar al cofre de color marrón rojizo, al levantar su tapa el collar de perlas que Suleiman me obsequió, quedó a la vista. Lo tomé entre mis dedos admirandolo, Oyku se acercó y tomó el collar para posteriormente colocarlo sobre mi cuello.

Tome asiento en el cómodo mueble, escuchando atenta las palabras de mis criadas. No mucho tiempo después las puertas de mis aposentos fueron abiertas, dando paso una linda pelirroja.

- Sultana - hizo una reverencia.

- Escuché que te negaste a ir a la hosada real - comenté con desinterés.

- Los chismes burlan en este lugar. No sabía que estaba tan atenta a las cosas que hago o no - dijo con su voz melosa.

- Simplemente no pensé ver el día en que dejaras de ir a los aposentos de mi señor - me encogí de hombros - Las mujeres por lo general mueren por ir ahí, tu que tanto empeño pusiste para quitarle el jueves a Mahidevran y ahora simplemente renuncias a ello - dije con sorna.

- Tengo mis motivos Sultana - su rostro carente de expresión.

- Y tu motivo consiste en que mi... esposo se case contigo - miré mi regazo - Creo que te hemos malcriado, ahora anhelas lo que no puedes tener - dije con disgusto.

- ¿Qué le hace pensar eso? En este palacio y en el mundo solo se hace la voluntad de nuestro señor - la mujer miró a mis criadas - Si piensa que el Sultán se casará conmigo aún teniéndola a usted, entonces ya ha perdido la batalla — soltó con una sonrisa.

Su ser irradiando seguridad, la diversión en sus gestos, esos ojos azules burlones se posan en mi. Aquella mujer es tan arrogante, una reverencia de ella es una burla, una vil forma de jugar y allí va la frase de los modales ante todo.

La eterna favorita || Mevkibe SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora