- ¿Quién es ella? - la joven pelirroja preguntó. Sus ojos puestos en la mujer que estaba parada en el ala de favoritas.
- Ella es Mevkibe hatun, la favorita de su majestad - dijo la kalfa en voz baja - Su majestad la adora.
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Según datos histórico...
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Las clases de costura acaba de finalizar, con pereza me pongo de pie y recojo mis pertenencias antes de abandonar el salón. Solo dio tres pasos fuera de este cuando Daye hatun la Kalfa del harem me sujeta del brazo, ni siquiera pregunto para donde vamos o que esta pasando, la mujer tiene poca paciencia conmigo... tal vez sea porque hago muchas preguntas.
Hice una reverencia ante la hermosa mujer de cabellos castaños quien me miraba desde su asiento en el mueble, Mahidevran tenía puestos sus ojos en la mesa frente a ella, su ceño fruncido. Parecía realmente molesta.
- Hoy habrá una celebración para mi hijo y bailaras junto a otras mujeres para entretenerlo - se puso de pie y caminó hacia mí - Si te esfuerzas podrías convertirte en favorita, he escuchado que eres muy buena bailando - sonrió - Esta es tu noche Mevkibe.
Hice una reverencia como muestra de respeto, ahora entendía la actitud de la Sultana Mahidevran. Hafsa hizo un movimiento de mano, indicandome abandonar el lugar.
- Debes alistarte - Daye dijo con una mirada seria.
Asentí para emprender camino a los baños turcos, el cual al llegar era usado por diversas mujeres todas ellas buscaban ponerse presentables para esta noche, suspiré antes comenzar a quitar mi vestido.
***
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La música sonaba en todo el lugar, las mujeres a mi lado reían nerviosas mientras hablaban de ser elegidas por el Príncipe, apreté mis puños hasta que mis nudillos se volvieron blancos.
Nací en Francia pero fui llevada Crimea cuando tenía cuatro años, no recuerdo mi vida antes de eso ni después para ser sincera, lo que sí recuerdo es pasar mi infancia bajo el ala de una poderosa familia, exactamente la dinastía Giray, lo que llevó a que terminara como concubina, fui criada para complacer a mis superiores, he visto la lucha de poder entre los miembros Giray.
Las puestas fueron abiertas indicando que era nuestro turno de entrar, con la cabeza baja entramos al lugar, nos pusimos en nuestras posiciones correspondientes. Comencé a mover mis caderas como se nos fue enseñado en las clases de danza, nos moviamos en sincronía. Me deje guiar por el ritmo de los tambores, deje mis caderas moverse con libertad, alce mis manos y de manera lenta las baje pasándolas por mis pechos y vientre. Sobre mis rodillas moví mis caderas, seguí bailando sin pensar en nada solo guiandome por la música, cuando el sonido se detiene abro mis ojos.
