Capítulo 40 La primera esposa

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Las risas infantiles eran detonante de alegría para el Sultán, quien disfruta de la compañía y calidez que estos

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Las risas infantiles eran detonante de alegría para el Sultán, quien disfruta de la compañía y calidez que estos.le brindan. Paradas a unos metros, observadoras se encuentran las madres de los menores, ambas con sonrisas en sus rostros. El sonido de la puerta ser golpeada captó la atención de los presentes.

— Adelante — el Sultán habló desde su trono.

Un agha encargado de la puerta entró e hizo una reverencia.

— Majestad, el Pasha Ibrahim se encuentra aquí — informó.

Suleiman miró a su hijos antes de hacer un gesto de afirmación. El agua salió de lugar para que un segundo más tarde Ibrahim Pasha entrase a los aposentos en compañía de una descuidada Isabella.

— Mi Sultán, Sultanas — el Vizir hizo una reverencia — Debo de informarle de algo — dijo el hombre dando una mirada absurda costado.

La señorita Fortuna mantuvo la vista baja en todo momento, se sentía humillada.

— ¿Qué sucede Ibrahim? — el Padisha preguntó curioso.

— Encontramos a la señorita Isabella intentando huir — habló con las manos entrelazadas frente a él y una posición sumisa — Llegamos a tiempo o de lo contrario ya estaría en Italia. Creo que alguien debió ayudarla como para que lograra salir del palacio — aseguró.

Los ojos del Sultán se posaron sobre sus consortes para posteriormente ver con fijeza e ira a la que una vez fue una Princesa.

— Mevkibe, Hurrem pueden retirarse — ordenó.

Las mujeres se miraron entre sí, con una reverencia se acercaron a sus hijos, insitandoles a salir. Una vez fuera de los aposentos Mevkibe volteó a ver que la pelirroja quien soltando un suspiro correspondió a su mirada.

— ¿Qué? — preguntó exasperada.

Deteniendo su paso Mevkibe ordenó a sus criadas llevarse a los menores.

— Por lo que veo no salió bien — comentó.

— Ahora de que me habla Sultana — Hurrem apretó los labios antes de posar una sonrisa.

La Sultana Mevkibe dejó salir una suave sonrisa, se acercó a la mujer envolviendo su brazo izquierdo con su derecho.

— Tal vez debí pensar en el Pasha, siempre hace un buen trabajo. No te pongas tímida, sé cosas de ti que los demás no saben, te conozco — Mevkibe sonrió mostrando sus blanquecinos dientes — Nos conocemos así que es mejor dejar las mentiras de lado —

— ¿Para qué quieres saber? Si al final no harás nada, la dejas pasillarse como si nada — la rusa resopló — No durará mucho tiempo — aseguró.

— Su majestad sera más cuidadoso ahora, no será tan fácil —

— Muero por ver el día en que tomes el asunto en tus manos o seguirás así siempre, dejando que otros resuelvan tus problemas — dicho esto Hurrem se deshizo del agarre.

La eterna favorita || Mevkibe SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora