Capítulo 64 Iluso Amor

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Esa sonrisa tonta, las mejillas sonrosadas, como juega con su cabello ¿Quién diría que su hermana está enamorada? La Sultana Sanem observó a escondidas tras un árbol, el descarado coqueteo de la menor

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Esa sonrisa tonta, las mejillas sonrosadas, como juega con su cabello ¿Quién diría que su hermana está enamorada? La Sultana Sanem observó a escondidas tras un árbol, el descarado coqueteo de la menor. La primogénita del Sultán, suspiró y siendo lo más cuidadosa posible se alejó del lugar, sin ser consiente de que no fue la única en presenciar la escena.

Tomando con cuidado parte de su vestido mientras camina de regreso al palacio, no muy lejos de su ubicación la gran Haseki del imperio da un paseo, siendo seguida por dos criadas, cuatro eunucos, Kemal agha a su izquierda y Rasha hatun a su derecha.

Sanem se acercó a su madre e hizo una reverencia.

La mujer ladeó la cabeza con una suave sonrisa, extendió su mano hasta tocar el rostro de su hija, su piel es suave y blanca, tan clara que sus mejillas siempre permanecen rojizas.

- ¿Dónde está Mihrimah? - la mujer preguntó empezando a caminar.

- No la encontré - la rubia se encogió de hombros - Madre ¿Es cierto que la Princesa aceptó su matrimonio?

- Lo hizo, es su deber - Mevkibe respondió simple.

Sanem parpadeo extrañada de la serenidad de su madre, luce tranquila hablando del tema cuando en un inicio estuvo en total desacuerdo.

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***

- ¿Está nervioso, mi Príncipe? - pregunté recostada en el mueble

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- ¿Está nervioso, mi Príncipe? - pregunté recostada en el mueble.

El Şehzade Mustafa se mantuvo en silencio como si procesará mis palabras, volteó a verme y pude ver inseguridad en sus ojos.

Con suavidad coloqué mi mano sobre la suya en su rodilla para apretar la ligeramente.

- No debe preocuparse. Solo debe tratarla bien, hacerla sentir especial, puede que ahora no haya amor entre ustedes pero nunca de los nunca debe faltar respeto - me puse de pie y por acto reflejo el joven Príncipe hizo lo mismo.

- Mi padre se ha casado por amor ¿Por qué yo no puedo? - preguntó.

Que se supone debo decir ante un hecho que me involucra, convencer a Suleiman de perdonar la vida de Malkocoglu Bali Bey no fue algo sencillo, sin embargo, mis intentos de cancelar el compromiso se vieron arruinados con la noticia de que los amantes iban a huir.

La eterna favorita || Mevkibe SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora