Capítulo 1

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Capítulo uno: Comienza una nueva aventura.

—Sí, ya he llegado... No, Mina, no te preocupes, sé arreglármelas sola... Sé que casi quemo la cocina esa vez, pero fue en primero, ha pasado mucho desde entonces... Vale... Sí... Sí, te juro que quedaremos pronto... Yo también te quiero, adiós.

Mina, al igual que yo, había decidido trabajar en Tokio, al igual que Kirishima, con el que mi rosada amiga compartía no solo el piso, sino también una enternecedora relación. Otras personas, como Todoroki, que pretendía alejarse bastante del lugar en el que había trabajado su padre, habían fijado su destino en Kioto y otras habían decidido alejarse de las ciudades más pobladas, bien porque su quirk era más útil en zonas rurales, como era el caso de Koda, bien porque querían experimentar un poco primero, como Jirou.

Entré a mi nuevo apartamento, el dinero que había ganado durante mis pasantías fue en parte destinado a este, tenía grandes cristaleras en el salón y una terraza espaciosa, los requisitos más importantes; también contaba con una cocina, un baño y dos habitaciones. Realmente era un lugar grande para una sola persona, quizá demasiado, quizá me sentiría sola.

Estaba colocando las cajas cuando mi tono de llamada me distrajo.

—¿Abuela?

—Ya era hora, ignorando a la mejor abuela del mundo, deberías estar avergonzada.

—Abuela, es la primera vez que llamas—. Repliqué.

—Pero tardaste en contestar cinco tonos, a Recovery Girl no la hace esperar nadie.

—¿Ni siquiera tu nieta favorita?

—Tu prima no me hace esperar.

Ambas nos reímos, para empezar, no había otra nieta (se refería a una gata que pasaba de vez en cuando frente a la academia) y, en el caso de haberla, estoy segura de que me tendría más cariño, al fin y al cabo había pasado esos últimos tres años viviendo prácticamente junto a ella, mientras que el resto de nuestros familiares vivían fuera de Japón.

De todas formas, ella no era mi abuela biológica, era una amiga de la familia de mi madre, cuando ellos murieron, dejando sola a una adolescente de catorce años, mi abuela se encargó de cuidarla.

—Te llamé cuando llegué a Tokio, ¿ha pasado algo?

—Pues sí, hay una personita aquí que te hecha mucho de menos, espera, te la paso.

Escuché como mi abuela decía algo al otro lado de la línea y entonces escuché su vocecita.

—Hola TN.

—Hola Eri, ¿cómo estás?

—Aburrida, está lloviendo y papá no me deja ir al parque, si estuvieras tú me llevarías, ¿a que sí?

—Claro que sí, pequeña—, sonreí al recordar aquellas tardes lluviosas en las que utilizaba mi don de control del agua para que Eri no se mojara—, ¿por qué no intentas convencer a alguien para jugar a algún juego de mesa?

—Quería jugar al Twister, pero Recovery dice que es muy vieja para eso, papá dice que con una pierna de metal no puede jugar y el resto están todos fuera, hasta el director Nezu,

—Vaya, es una pena, pero prueba a decirle a tu papá que en las reglas no dice nada de piernas de metal y que lo he visto entrenando y no va a tener ningún problema.

—Vale, adiós, ¡te quiero mucho!— Se despidió apresurada.

—Y yo a ti.

Antes pensaba que yo no lloraba, pero no era así, la guerra me hizo llorar mucho y ahora..., nadie había muerto, pero echaba mucho de menos a la pequeña de ojos rojos, mucho más de lo que pensaba que haría. No, no iba a llorar, recordé las palabras que dijo el director en la graduación: "es una nueva aventura, que ningún sentimiento opaque la emoción que vais a sentir". Tragué el nudo que tenía en la garganta y salí a correr por el barrio de Naruhata, mi nuevo barrio. 

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora