Capítulo 47*

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Capítulo 47: La camisa negra.

Punto de vista de TN.

Llegamos al hotel empapados, yo por haberme sumergido por completo en el mar y Shouta, por abrazarme y por la lluvia.

La mirada de la mujer de la recepción no fue agradable esa vez, le estábamos llenando el suelo del motel de agua.

-Disfruten su estancia en la habitación-. Dijo molesta, dándonos la llave que nos había guardado. Probablemente estaba obligada a decir eso.

Nosotros nos alejamos con la cabeza gacha y, al menos yo, sintiéndome culpable por el hecho de saber que sería aquella pobre señora quien tendría que secar nuestro destrozo.

Si tan solo tuviese mi don...

-¿A dónde vas?- Preguntó Shouta cuando vio que abría la puerta que llevaba hasta la piscina-. ¿No sería mejor que te dieses una ducha caliente?

No le contesté.

Ya frente a la alberca comencé a desnudarme, deshaciéndome de las prendas mojadas y quedándome únicamente en ropa interior.

No había un motivo concreto, sentía que necesitaba nadar, quedarme flotando en el agua, aunque fuera un poco.

-TN, ¿qué...? Te vas a morir de hipotermia y no será mi culpa.

-Eres un exagerado, solo es agua-. Rebatí dando una brazada, dándole la espalda y comenzando a nadar, no era muy larga, en dos brazadas se hacía un largo, pero era suficiente.

Me sorprendió verlo entrando en el agua cuando me di la vuelta, ya libre de su prótesis. Se acercó a mí, dando pequeños saltitos, sin una pierna prostética que pudiese usar en el agua (la que utilizaba en los entrenamientos y que no podía sacar de la UA a menos de que fuese a utilizarla en una misión) no podía nadar.

-¿Qué miras?- Pregunté al ver como su vista descendía de mis ojos y pasaba a recorrer todo mi cuerpo.

-Pues resulta que estaba pensando en lo tonto que es que llevemos ropa interior en una piscina en la que solo estamos nosotros dos-. Respondió con un tono sugerente, subiendo su mano por el lateral de mi abdomen, causándome un escalofrío.

-No sé, yo creo que estamos bien así-. Rebatí sin estar muy segura de mi objetivo, lo que tenía claro era que esos calzoncillos, que tapaban vagamente el inicio de una erección, sobraban.

Quizá solo lo hacía con el fin de provocarle para ver hasta dónde podía llegar o cómo intentaría convencerme.

Estaba muy cerca de mí y me miraba de una forma... Me miraba como si fuese infinitamente feliz, sonriendo con los ojos achinados.

Llevó su otra mano a mi mejilla y besó la contraria.

-Eres la mujer más bella del mundo-. Murmuró sin dejar de mirarme.

Yo desvíe la vista, sonrojada de las mejillas a las orejas.

-Sho...- Murmuré un tanto avergonzada

-¿Prefieres que diga que lo creo? Pues creo que eres la mujer más bella del mundo, aunque estoy bastante seguro-. Susurró, aún muy pegado a mí.

-No digas esas cosas.

-¿Solo porque te pones colorada? Tendrás que soportarlo, amor, no voy a dejar de decir lo que pienso.

Me escabullí de entre sus brazos y salí de la piscina, sabiendo la ventaja que le sacaría al poder nadar.

-No me hace gracia, TN.

-Pensaba que querías que fuese a ducharme.

-TN-. Se quejó.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora