Capítulo 41

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Capítulo 41: Un muñeco de nieve.

Punto de vista de TN.

—¿Puede saberse qué estás haciendo ya aquí? Aún falta una semana para que empiecen las clases—. Preguntó Shouta sobresaltándome cuando entró en el aula que se nos había asignado—. Llevo casi una hora buscándote.

Nezu había decidido que Shouta y yo trabajásemos juntos a pesar de las quejas de mi abuela.

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Punto de vista de Recovery Girl

—¿De verdad piensas que hacer que esos dos estén juntos durante tanto tiempo es bueno?— Pregunté sabiendo perfectamente que aquello no sería bueno.

—Ya veremos—. Me respondió el roedor.

Estaba segura de que aquello no era más que otro experimento, otro juego, para mi desgracia no estaba en posición de reclamar nada, le estaba haciendo un gran favor a su nieta y no podía dejar que perdiese aquella oportunidad por su culpa.

Hasta donde yo sabía, a pesar de que ya hacía bastante tiempo que llevaban saliendo, tan solo habían pasado juntos una muy pequeña parte de él, a penas habían convivido como pareja y ahora trabajarían y vivirían juntos.

Eso, al menos a mí, me parecía mucho, sobre todo teniendo en cuenta que seguían en la etapa de luna de miel de la relación.

—Espero que todo salga bien...— Comenté en un tono bajo.

—Estaba aprovechando para pensar—. Respondí.

—¿En qué?

—En que si al final decido quedarme aquí y acabo teniendo un clase propia voy a decorarla, pondré guirnaldas de papel, datos curiosos en el corcho y dejaré que los estudiantes dibujen en una parte de la pizarra cuando yo aún no haya llegado.

—¿Eso es por cuando te castigué por dibujar en la pizarra?— Preguntó acercándose a su mesa, donde yo estaba sentada.

—Te reto a que dibujes algo en la pizarra y que lo dejes ahí—. Mandó Mina fuera de sí de la emoción.

Sin Iida, que se había quedado en la residencia por estar indispuesto, la clase era un verdadero caos. A escasos minutos de que la clase comenzase, un grupo abundante del que yo formaba parte había decidido que jugar a verdad o atrevimiento era una buena y divertida idea.

Aquel podía parecer un reto tonto, fácil, sobre todo teniendo en cuenta que todos rondábamos ya los dieciocho años de edad, pero no con un profesor como Aizawa dándonos clase. Aquello cambiaba nuestra perspectiva por completo, además de nuestra definición de miedo.

Siendo ya casi héroes había pocas cosas que nos asustasen, pero estaba claro que nuestro profesor era una de esas.

Tras respirar hondo para aunar fuerzas me levanté y rápidamente me dirigí a la pizarra.

—¿Alguna petición en particular?— Pregunté con la tiza ya en la mano, jugueteando nerviosa con ella.

—Tetas.

—Mineta, no—. Protestó Mina—. Haz un muñeco de nieve.

—Pero estamos en abril—. Se extrañó Denki rascándose la cabeza.

—Los muñecos de nieve también tienen derecho a ser dibujados en nuestra pizarra—. Rebatí divertida.

Estaba dibujando la zanahoria de la nariz, siendo este el detalle que faltaba, cuando una voz infantil me sobresaltó.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora