Capítulo 25

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Capítulo 25: Cafeína.

Punto de vista de TN:

El día siguiente me sorprendió con una temperatura mucho más baja que la de la noche anterior, afuera estaba lloviendo y tronando, era una tormenta de verano que se extendía por casi todo Japón.

No tenía que trabajar hasta la noche, así que me acomodé en el sofá y prendí la televisión, una nueva sorpresa, la primera imagen que vi fue la de Aizawa, con Eri al cuello tratando de cubrir su rostro con la sudadera de su padre, quien sujetaba un colorido paraguas de un anime que le gustaba a la pequeña.

A su alrededor se agolpaban bastantes  reporteros a los que él solo ignoraba.

Si había algo que podía molestar a Shouta era que alguien agobiase a Eri. Así lo demostraba su rostro, más hastiado que de costumbre.

Los reporteros no recibían respuesta alguna y lo persiguieron unos metros hasta que él dobló la esquina.

Pocos minutos después recibí una llamada.

—Hola, TN, soy Eri— Me avisó con su dulce voz congestionada.

—Hola, pequeña, ¿qué ha pasado?

—Nada, es que me puse un poco nerviosa porque había mucha gente, pero ya estoy bien.

—¿Estás segura?

—Sí, ya estoy bien, ¿sabes a dónde me lleva papá?— Preguntó un poco más animada.

—¿A dónde?

—Al cumple de mi mejor amiga, vamos a ir al cine y después a jugar al parque de bolas.

—Qué bien, ¿y vas a jugar mucho?

—¡Muchísimo!

—Cuéntale lo que me dijiste antes, cielo—. Escuché a Shouta de fondo.

—Tengo muuuchas ganas de ir contigo a la playa.

—¿Ah, sí?

—¡Sí! ¿Harás castillos de arena conmigo y con papá?

—Claro que sí...

—¡Ay!, ya hemos llegado, adiós TN, ¡te quiero mucho!

Escuché como se despedía también de su padre y salía del coche en el que estaban.

—Espera, Eri, no cuelg...— La voz de Shouta se cortó con la llamada.

Un tiempo más tarde, mientras buscaba algo que desayunar, el teléfono volvió a sonar.

—Hola, ¿qué tal?

—Bien, ¿no se supone que deberías estar en la academia?

—Es mi hora libre, así que aproveché para traer a Eri.

—¿Estuvo llorando?

—Sí, ya sabes que le cuesta estar rodeada de tanta gente en la que no confía, y más si se agolpan a su alrededor... Estuve hablando con la madre de su amiga, me dijo que va a mandar a su hija a un campamento de héroes, dura dos semanas a partir de la que viene y creo que la voy a llevar allí, así estará alejada de todo esto, además, uno de los monitores será Koda...

—Es buena idea, ella no debería sufrir por nuestra culpa...

Mientras él llegaba a la academia y continuaba con su trabajo, la conversación fue desviándose progresivamente por diferentes vertientes.

—Te he comprado algo—. Anunció de pronto Shouta cambiando radicalmente el tema de conversación sobre el que hablábamos anteriormente.

—¿A mí? ¿Por qué?— Me sorprendí.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora