Capítulo 28

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Capítulo 28: Entrevista.

Narrador omnisciente.

Shouta estaba triste, nunca importó cuanto fuera a terapia, cuanto intentase arreglarlo, cada vez que el recuerdo de Oboro pasaba por su mente, todo se oscurecía a su alrededor, los pensamientos felices se marchaban lejos, muy lejos.

Llevaba mucho sin pasarle, probablemente por lo ocupado que había estado los últimos años... O, más bien, por lo ocupado que se había obligado a estar.

Pero no era difícil de ocultar. Ya lo había hecho. No era la primera vez. Sabía qué hacer. Cómo hacerlo.

—Sho, ¿te pasa algo?

¿Cómo? ¿Cómo era posible que sus amigos más cercanos, viéndolo en persona, no hubiesen notado nada raro, pero que ella, a través de una pantalla, hubiese sido capaz de verlo?

—No, no es nada.

Al igual que el día anterior, ella no insistió. Sabiendo que forzarlo a contarle algo íntimo podría agravar el problema o causar uno entre ellos dos, lo dejó estar. 

—¿Vas a hacer algo hoy?— Preguntó él, cambiando de tema.

—Tengo que hacer unas compras en un rato, pero nada de trabajo, ya estuve hoy de madrugada de patrulla y hasta mañana por la tarde no tengo turno... ¿Tú tienes algo que hacer?

—Trabajar—. Contestó encogiéndose de hombros.

Aquello la desaminó, el hecho de no saber lo que pasaba por la cabeza de su novio supuso que pensara que tal vez, y solo tal vez, el trabajo lo estuviera consumiendo.

Él notó el desagrado de su novia y, en lugar de sacarla de su error, lo usó a su favor, sobre todo tras ver la pulsera puesta en su muñeca cuando se llevó su cabello, aún con tonos rosados, detrás de la oreja.

—¿Pero sabes qué podría animarme, Gatita?

—¿El qué?

—Ponte el vibrador cuando vayas de compras.

Lo dijo con tal tranquilidad, que ella no fue del todo consciente de lo que había dicho.

—Vale, me pondré... ¿Cómo has dicho?

—Lo has oído perfectamente.

—Pero, ¿cómo...?

—No te preocupes por eso, pequeña, tú solo tienes que llevarlo puesto, yo me encargaré del resto.

No era eso lo que preocupaba a la heroína, sino cómo disimularía.

El rostro de su novio dejó claro que su pena se había dispersado, dejando paso a la emoción.

—Vale, está bien.

—¿Estás segura?

Ella volvió a asentir.

—Muy bien, entonces dejo que te prepares, mándame un mensaje cuando estés lista.

Colgó la llamada y la dejó a ella completamente consumida por los nervios.

¿De verdad iba a hacer eso?

Bueno, no es que no quisiera, le resultaba realmente emocionante, pero, a la vez, le causaba cierta cobardía.

Respiró, como en tantas ocasiones antes, un par de veces hondamente, planteándose seriamente si merecía o no la pena. Sabía que, fuera cual fuera su decisión, Shouta la apoyaría.

Decidió darle una oportunidad a aquella nueva... Experiencia.

<<Ya>>.

Escribió a su novio.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora