Capítulo 33

892 97 10
                                    

Capítulo 33: El pinchazo.

Punto de vista de TN.

Los días pasaron y el viernes llegó, era el quinto día de misión y todo iba de mal en peor.

El hombre de los pinchazos no había vuelto a dar señales de vida, así pues, se estaba planeando cancelar la misión, al menos hasta que volviese a ocurrir algo en relación a ella.

Cada día estaba siendo peor al anterior, Kira de verdad me odiaba, o al menos eso parecía, y trataba de librarse de mí de todas las maneras que tuviese a su alcance, dejándome sola, tirándome bebidas, empujándome... Y, por supuesto, continuaba echándome la culpa del fracaso de la misión a pesar de que ni siquiera fuese una acusación con sentido.

Y, por descontado, esta vez no estaba siendo diferente.

Estábamos en la entrada de aquel local abarrotado, buscando respirar algo aire limpio entre tanto corrompido por el humo de los cigarrillos, la marca fluorescente del local marcaba mi brazo y el vestido tan escandalosamente corto de un rosa demasiado insenso que llevaba atraía más miradas de las que me gustaría.

—Entremos ya—. Ordenó Kira tirando al suelo una colilla y pisándola con sus altos tacones antes de encaminarse a la puerta para enseñar la marca al portero.

Yo suspiré antes de entrar, odiaba eso, era muy diferente ir de fiesta con personas a las que quieres o que al menos te caen bien a ir con Kira. Ni siquiera era por el hecho de estar trabajando, con Shouta no me pasaba esto, no lo aborrecía tanto.

Al entrar el calor y el olor a sudor me recibieron de forma desagradable, la música estaba muy alta y sabía que en cuanto saliese de allí otra vez a penas podría oír por ello. De camino a la mitad de la sala, un lugar estratégico para poder llegar cuanto antes al lugar donde se produjera un pinchazo o cualquier tipo de problema, una de las máquinas de humo lo escupió prácticamente en mi cara, asustándome

<<El día no puede ir mejor>> Pensé.

Las horas pasaron, era ya bastante tarde y yo solo podía pensar en mi cama, mis sábanas limpias y en mi novio abrazándome.

Y quizá un buen desayuno, unas tortitas con chocolate y fresas, o mejor, arándanos, o quizá los dos. Realmente tenía hambre, maldita sea.

Estaba deseando acabar con esa misión de una vez.

De pronto la delgada y sorprendentemente fría (para la temperatura que hacía allí dentro) mano Kira rodeó mi muñeca, sacándome de la cálida imagen de mi hogar y llevándome de nuevo fuera, había comenzado a llover.

Bajo la luz artificial de las farolas pude ver una cara de enfado inexplicable en mi compañera.

—Mira, tengo que serte sincera—, espetó yendo de un lado a otro con nerviosismo—, esta misión no va a ningún lado, no va a aparecer, solo era un idiota que buscaba hacer el tonto y asustar a la gente.

Lo cierto era que sí parecía así y viendo que no había vuelto a actuar era probable que tuviese razón.

—Y tú tampoco es que me caigas demasiado bien, yo... No te soporto—. Lo dijo como si realmente se hubiese quitado un peso de encima—. Y no me voy a quedar aquí aguantándote otro día más para nada.

Después de aquella pequeña declaración, salió de allí, dejándome sola.

No podía creérmelo, Kira había acababa de abandonar la misión en medio de esta, pudiendo esta acción hacerla perder muchísimas oportunidades de trabajo. Todo porque me detestaba.

¿Por qué? Nunca me habían odiado solo por el simple hecho de ser yo, ¿cómo había llegado a tanto? ¿Qué había hecho yo para ello?

No podía abandonar yo también la misión, lo que había hecho Kira estaba terminantemente prohibido, si algo pasara la responsabilidad caería sobre nosotras.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora