Capítulo 18

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Capítulo 18: Pistas

POV de TN

¿Qué es el amor?

Es una pregunta excelente, lo es porque tiene mil soluciones, cualquiera podría contestar, pero nadie te diría la misma respuesta y, si lo hicieran, no estarían expresando lo que realmente sienten.

Para mí, el amor era un vals, un elegante baile en el que las personas se dividían entre espectadores y bailarines, de los cuales ninguno era un verdadero profesional. Estos últimos eran un gran conjunto de personas que se movían coordinadamente, pero de forma independiente. Solo dos personas tenían que estar pendientes la una de la otra, siendo así hasta que el baile hubiese sido tantas veces practicado que pudiesen hacerlo con los ojos vendados. Hasta que pareciese que solo eran ellos dos.

¿Y los besos?

Cada uno significaba algo diferente, según el lugar, según la intensidad, según la persona... No es lo mismo un beso en la mejilla de un hermano, que un beso furtivo de un amante o el beso de un próximo padre a la barriga de la embarazada. No es lo mismo un beso alcoholizado en una discoteca, que el beso lleno de promesas en una boda. Un beso puede significarlo todo o no significar nada.

Me preguntaba si el corazón de Shouta se aceleraba a la misma velocidad que el mío cuando nuestros labios se tocaban.

—¿Umiko?— Auri me llamó desde el otro lado de la puerta de mi habitación, despejando mis pensamientos.

—Sí, aquí estoy, ¿qué tal lo has pasado con tus padres?— Pregunté dejando que entrara.

—¡Muy bien!, te cuento...

Me habló de lo que hizo con todo detalle, no se dejó nada, ni siquiera lo que había desayunado o lo horrible que era el papel higiénico de un restaurante al que habían ido.

—¿Y tú cómo te lo has pasado?

Ay, Auri, si yo te contara...

—Bien, me aburrí un poco, pero ya conozco toda la academia.

—Me alegro de que te haya servido de algo, la verdad.

Adoraba a Auri, la quería muchísimo, pero no podía estar junto a ella constantemente o jamás podría revisar las cámaras y los micrófonos, necesitaba librarme de ella de algún modo, así que Shouta y yo ideamos un plan para hacerlo.

—Aoi, a mi despacho, ahora—. La voz de Shouta nos sobresaltó.

—¿Puede saberse qué has hecho ahora?— Pregunto Auri.

—Me parece que me tiene manía—. Comenté con una fingida risa nerviosa.

—Aoi, ya—. Presionó el profesor.

—Voy, profe.

—Profesor—. Me corrigió.

—Disculpe, voy, profesor.

—Suerte—. Me deseó Auri.

—Estás muy guapa—. Murmuró Shouta sin mirarme.

Eran ese tipo de cosas las que me dejaban descolocada, tan inesperadas, sin mostrar en el exterior lo que pensaba, sin gestos ni miradas que acompañasen o concordasen con sus palabras.

—Me alegro de que te guste un chándal sudoroso, a partir de ahora me vestiré así siempre—. En realidad no había salido aún a hacer ejercicio, así que estaba limpio.

—Pues irías preciosa.

Me llevó hasta la oficina del edificio de los profesores, la cual estaba conectada con su habitación.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora