Capítulo 44*

1.1K 85 20
                                    

Capítulo 44: Mamá.

Punto de vista de TN.

Estaba buscando a Shouta, no lo había visto aún, pero supuse que estaría en las primeras filas de aquel pequeño teatro escolar, junto al resto de padres, sin embargo, una vez que habíamos salido de allí, no era capaz de encontrarlo.

Un abrazo me sobresaltó.

—¿Te ha gustado cómo lo he hecho, TN?— Preguntó Eri acompañada de una mujer mayor que debía ser su profesora.

—Me ha encantado, princesa—. Contesté cogiéndola en cuello.

La mujer me miró con un rastro de confusión en el rostro.

—¿Es su hermana?

¿Esta señora no tiene televisión en casa?

Ha habido un escándalo en torno a nosotros como para que no lo sepa.

—Es mi mamá.

AY.

Abrí la boca y los ojos como una tonta, mirando a la pequeña.

Tengo que cerrar la boca, no puedo dejarla abierta.

Dios, no llores, no llores, no llores.

Voy a llorar.

—Oh, discúlpeme, parece realmente joven.

—Eh... Yo...

—Lo lamento, tengo que ir a la siguiente actuación, encantada de conocerla—. Se despidió sonriente.

La mujer se fue de allí con rapidez y yo me quedé con Eri, quien se había bajado de mi mis brazos y me acababa de coger de la mano.

—¿Te has enfadado por llamarte "mamá"?— Cuestionó la pequeña preocupada.

—No, cariño, claro que no—. Me agaché a su altura y la abracé de nuevo—. Estoy muy, muy contenta.

Y asustada.

Y con ganas de llorar.

—¿Entonces puedo llamarte así?— Preguntó sonriendo.

—Claro que sí.

Eri se fue a jugar y yo...

Estaba sensible, muy sensible. Habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo.

—Por fin nos vemos—. Susurró Shouta en mi oído, agarrándome de la cintura por detrás, asustándome.

No era el lugar ni el momento para hablar, así que esperé hasta estar en nuestra habitación, después de cenar, para echarme a llorar.

Ni siquiera entendía el motivo, aunque quizá estuviese relacionado con el hecho de que el día anterior había sido mi último día con la menstruación.

—¿Qué... Qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien?— Shouta se acercó a la cama, donde yo estaba, y me abrazó.

Yo me acurruqué entre sus brazos, porque ante todo, él se había convertido en mi lugar seguro.

—Es que hoy... Shouta, me has mentido—. Pensé que lo negaría, pero no, dejó que continuase hablando—. Y no entiendo el porqué... Y... Y has estado raro todo el mes... Y Eri me ha llamado mamá...

Un trueno me interrumpió, afuera llovía con intensidad.

Él acarició mi cabello y me besó.

—Sobre lo de que te he mentido, es cierto, no era una misión confidencial, pero sí es algo que no puedo contarte aún, se lo conté a Nezu y a tu abuela después de la función... Te puedo asegurar que no es nada malo.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora