Capítulo 6

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Capítulo 6: Maullidos.

—Vamos, entra—. Me dijo Aizawa desde su coche, había empezado a llover y yo me refugiaba bajo el  toldo de una tienda cercana a mi bloque de apartamentos—. ¿Te importa si vamos a tomar un café antes de ir?, hay un sitio cerca de aquí.

Yo acepté, a pesar de estar a finales de marzo, la lluvia trajo consigo un frío para el que no estaba preparada y el pensar en una bebida caliente era reconfortante.

Llegamos a la cafetería Hopper's, la única que había en la zona y me sorprendí al encontrarme un ambiente completamente diferente al de la primera vez que entré al establecimiento.

Había bastante gente disfrutando de su bebida, de la cocina salía un olor dulce y había montones de gatos entre las mesas.

—No lo entiendo, el otro día vine y no había gatos—. Comenté.

—Hay un día por semana en el que se los llevan para hacer limpieza general, quizá fue por eso—. Me respondió Aizawa.

—Pero bueno, Eraser, ya llevabas mucho sin venir a visitarnos, no sé quienes te echábamos más de menos, si nosotros o los gatos—. Comentó uno de los camareros, dándole una palmada en la espalda.

—Y has traído una chica, nunca traes chicas, pensaba que además de Midnight no te hablaban más mujeres—. Dijo otro.

—Sí, es verdad, con esas pintas de vagabundo..., ¿cómo te acercas a él?, ¿no te da miedo?—. Preguntó el primero, a lo que yo negué, algo confundida y divertida.

El que acababa de hablar fue a buscar las bebidas que les habíamos pedido.

Aizawa fue a sentarse, muchos gatos se le acercaron y él sonrió.

—¿Habéis oído algo de las nuevas drogas?—. Inquirió Aizawa.

—¿En serio?, ¿la única vez que vienes en tres meses y solo es por trabajo?— Se quejó el que se había quedado.

—No es por trabajo, aún no he aceptado el caso.

—No tienes remedio, Eraser, si yo me hubiese quedado cojo y tuerto te puedo asegurar que me hubiese jubilado, no me volveríais a ver el pelo—. Mire la calva del hombre y traté de no reír por lo que acababa de decir—. Aquí hace años que no vendemos "medicinas", si es lo que quieres saber.

Aizawa asintió y el otro hombre llegó con lo que habíamos pedido.

—¿Has visto que han vuelto a celebrar el Narufest?, fue un evento único, en principio no lo van a volver a hacer, es una pena, había mucho ambiente...

Un gato se subió a mi regazo y comencé a acariciarlo.

—Oh, veo que le caes bien, ese es mi gato favorito—. Dijo el hombre que nos había servido—. Fue el primero al que adoptamos para el negocio.

Aizawa terminó muy rápido su café negro, a lo que yo lo imité, parecía tener prisa.

—Si os enteráis de algo avisadme, por favor—. Se levantó y se dirigió a la puerta.

—Hay que joderse, diez minutos ha estado, va a avisarle su puta madre—. Comenzó a decir el que se había quedado con nosotros todo el tiempo.

—Calla, coño, que hay una señorita presente—. Dijo el otro.

—Esa señorita maldice como una marinero, no os preocupéis—. Comentó Aizawa saliendo del establecimiento, yo fui detrás de él.

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Solo había pasado una semana desde que estábamos en las residencias y ya no podía aguantarlo más.

—Te juro que si no me dejas de perseguir te sacaré todo el agua del cuerpo, ya verás lo bien que te vas a ver como una uva pasa—. Amenacé a Mineta.

Dulces sueños [Aizawa Shouta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora