Dulces sueños [Aizawa Shouta]

Capítulo 17

Capítulo 17: Espía.

POV de TN

Desperté durmiendo sobre su pecho, habíamos llegado tan cansados que lo primero que hicimos después de cambiarnos de ropa fue echarnos en la cama.

 —Buenos días, Gatita, ¿has dormido bien?

 —Sí, ¿y tú?

 —Mejor que nunca—, Shouta me abrazó y después me apartó y se incorporó bruscamente—, ahora deberíamos ir corriendo a la Academia, quedan treinta minutos para la hora de la comida y no creo que quieras que vean que no has dormido allí.

 —¿Media hora? ¿Por qué no me has despertado?

Aizawa se encogió de hombros y me tiró el uniforme a la cara.

 —Yo que tu correría, voy a traerte las lentillas, ¿dónde están?

 —Las dejé en un bolso en el baño.

Aunque fui más rápido de lo que nunca había ido, llegué diez minutos tarde.

 —¿Qué horas son estas de llegar?, ¿se puede saber dónde has estado?— Preguntó mi abuela, que me esperaba a la entrada del colegio.

 —Yo... Lo siento mucho, ab... ah... Recovery, se me hizo tarde y fui a dormir a casa de una amiga...

 —¿Y te crees que eso es una excusa? ¡Habráse visto!, no llevas aquí ni una semana y ya me has provocado un dolor de cabeza, te diría que has superado el récord, pero mentiría, los he tenido peores...

Tras cinco minutos de bronca, Shouta apareció por la puerta, habíamos acordado llegar con un tiempo de separación para que no nos relacionaran.

 —¡Y tú! El que me faltaba, ¿se puede saber dónde estabas? Los seres humanos normales avisan, ¿lo sabías?

 —Le mandé un mensaje a Nezu.

 —¡Felicidades, Shouta! Le has mandado un mensaje al único ser inteligente que lo usa una vez al año, perfecto, todo es perfecto, ¡¿no veis que soy muy mayor para estos sustos?!, ¡un día me voy a ir de aquí y a ver qué hacéis sin mí!

Siguió así durante varios minutos, hasta que se cansó y le dijo a Aizawa que siguiese riñéndome en su despacho y me pusiera el castigo pertinente.

 —Pues parece que te vas a tener que quedar conmigo en el aula de castigo, Gatita.

 —"Seguro que no te castigan", "si soy yo el encargado seguro que no va a ser tan malo"—, me burlé—, pues espero que sea el mejor castigo que me hayan puesto en mi vida.

 —Ya, mejor vamos a mi oficina, entonces, ¿no crees?

 —¿A tu oficina por qué?

 —Porque allí no hay cámaras, así podrás hacer lo que quieras.

—¿Ah, sí? ¿Cómo qué?

—Pues, por ejemplo, liarte con tu profesor. Aunque primero tendrás que comer algo—. Dijo abriendo la puerta de la oficina, haciendo que me sonrojara levemente—. Pasa, Recovery ha dicho que si quieres comida tendrás que cocinártela tú, pero tengo algo por aquí.

—¿Desde cuándo está tan irascible mi abuela?

—Desde que llevas tres días sin contestar sus llamadas.

—No es mi culpa que Mic me confiscara el móvil.

—¿Segura?— Preguntó alzando una ceja mientras sacaba una de sus gelatinas y me la pasaba—. ¿No fuiste tú la que se puso a usarlo en mitad de clase? Era tu primer día.