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Un frío colado en sus rostros hacía que se tornaran un color algo rojizo, por más que sus abrigos cubrieran sus cuerpos, aún sentían ese frío extrañamente cálido abrazarlos, ante sus ojos solo había una abundante nieve satisfactoriamente blanquecina, la cual tapaba a grandes montañas a donde quiera que se mire.

—¡No, no, no! ¡Hyung! —Chilló Jimin desesperadamente al sentir como Yoongi apartó sus manos, y sabiendo a cuentas que perdería el equilibrio y se caería.

El pelinegro solo se reía por todas las divertidas reacciones y expresiones del menor, quien al tener un gran abrigo y pantalón, junto a un gorro y orejeras que lo hacían ver visualmente tierno, se quejara en todo momento con pequeñas rabietas debido a lo molestoso que se comportaba su esposo con el.

—¡Ya no te rías! —Se quejó, agarrando nuevamente las manos contrarias pero soltando un grito al sentirlas de un momento a otro lejanas —¡Ay! ¡Ya para!

La tabla debajo del menor no hizo ni el más mínimo movimiento y aún así Jimin se cayó de trasero a la nieve, este se cruzó de brazos con el ceño fruncido mientras apartaba la mirada, al oír como su marido se reía sin parar de su dramática caída.

—¡Uy! —El rubio pescó un poco de nieve para hacerla bola y aventarla al brazo del mayor con intensión de que parara —Solo te burlas de mí.

—No te molestes, amor —Su risa poco a poco fue disminuyendo, cayendo a propósito al lado de su esposo para abrazarlo por la cintura y besarle aquellas mejillas heladas —Es que te veías muy tierno tratando de aprender Snowboard.

—Te ríes porque tú sí sabes, yo no —Recibió otro beso en su mejilla, y aún así no dejó de cruzar sus brazos.

—Eres un Omega muy enojón —Se abrazó a él para dejarse caer de espaldas a la nieve, con la intención de tener a su Omega sobre suyo, logrando su cometido mientras sonreía —Mío.

Se abrazó más a él, provocando que este dejara su actitud de lado y también se abrazara a él, tal vez estar sobre un montón de hielo debajo suyo no era muy acogedor pero sí al mantenerse juntos hacía una gran diferencia entre que era realmente lo cálido y helado.

Su boda había transcurrido hace aproximadamente una semana, una semana donde se encontraban de luna de miel los dos solos, sus pequeños se hallaban junto a la cuidadora que comenzaron a tener hace más de un año, a Jimin le costó dejarlos y mucho más con alguien más, confiaba en que estaba en buenas manos con esa mujer pero aún así su lado territorial y protector con sus crías salía a luz, se quedó más tranquilo porque sabía que los chicos irían a verlos, además que hablaba por videollamada con sus cachorros mínimo dos veces en el día.

—Tuyo amor —Realmente quisieron estar así un buen rato pero la incomodidad de las tablas en sus pies lo hacía imposible —Me encanta que estemos abrazados pero me duele esta posición.

—A mi igual, demos otro recorrido y vamos a comer, ya es hora del almuerzo.

—¡Ah! Pero no te rías, porque juro que me enojo —Sabía a cuentas que su esposo se reiría descaradamente de él por como se ponía al sentirse resbalar en la tabla —Hablo enserio.

—Bueno, bueno, esta vez no me reiré —Prometió, pero al momento en el que el Omega se paró una risa ahogada salió de su garganta, ganándose el ceño fruncido del contrario junto a un bufido —Ya, no te enojes, cariño.

Luego de comer pasaron toda la tarde en la cabaña que rentaron en los últimos días que tendrían su luna de miel, los primeros fueron en Suecia, ahora se hallaban en Japón al ser atraídos por la belleza de la nieve en montañas, para los dos estuvo bien aunque estuvieran en un lugar extremadamente frío.

🥀¿ESTA Y EN OTRA?🥀 [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora