MY BLOOD | jasper jordan

XXX - La Ciudad de la Luz.

—¡Otra!

Jasper dejó caer su mano en la que tenía su vaso ahora vacío sobre la mesa para llamar la atención del chico que se había estado encargando de servir cuantos vasos de alcohol quisiéramos, aún sabiendo que no estaba del todo bien. El chico me dirigió la mirada, preguntándome si estaba de acuerdo con que le siguiera el juego a Jasper y continuara sirviéndole los tragos sin siquiera tener la necesidad de hablar. Yo asentí levemente con mi cabeza; consciente de que yo lo cuidaría y ya nada podría salirse de las manos.

—¿Quieres apostar? —preguntó, girando su cabeza para verme aunque sus ojos estuvieran a punto de desorbitarse—. Apuesto a que puedo terminarme esa botella de ron que está ahí atrás de un solo trago.

—No —respondí riendo mientras tomaba de mi bebida con calma—. La última vez que lo hicimos apostaste tu cabello a que no llegarías rendido a la habitación y, bueno, no es difícil saber quién ganó aquella vez.

Talló su cabeza sobre la cual ahora sólo se encontraban brotes de cabello mucho más pequeños de lo que le hubiera gustado, aunque su tristeza no duró demasiado, pues su vaso de bebida regresó a sus manos estando a punto de desbordarse.

—De acuerdo —refunfuñó al fin sin estar demasiado contento por que le hubiera arrebatado la única oportunidad que tenía de atiborrarse con alcohol—; pero, por favor, no me dejes tomar éste trago solo.

Sonreí, haciéndole un ademán al chico para que volviera a llenar mi pequeño vaso como a mí me gustaba.

Jasper alzó el pequeño objeto de vidrio que resguardaba el líquido a la espera de que yo hiciera lo mismo y, una vez que lo hice, un sonido leve y agudo llegó a nuestros oídos justo antes de que el alcohol finalmente tuviera la oportunidad de entrar a nuestro cuerpo de no ser porque una mano en mi hombro seguido de una voz grave me interrumpieran.

—Dejen de lado su alcoholismo por un tiempo —dijo Bellamy a nuestras espaldas en un tono de broma mas que uno autoritario.

—Vamos, capitán —protestó Jasper de inmediato empinando su vaso sobre sus labios ahora sin tener demasiadas ansias de hacerlo—, ¿no podías esperar dos segundos más?

Ambos giramos sobre nuestros bancos para encararlo sabiendo que debía existir una razón realmente importante para que nos detuviera tan abruptamente. Él soltó una risa socarrona mientras se concentraba en colocarse la pesada chaqueta con la que siempre se le veía... con la que siempre daba a entender que tenía asuntos importantes que atender fuera del campamento.

—No podía cuando la sensatez de dos miembros de mi equipo de patrullaje se veía amenazada —aclaró, haciéndonos un ademán con la cabeza para que nos moviéramos de una vez por todas—. Por cierto, es tarde, entonces será mejor que se levanten y me acompañen.

Jasper y yo nos miramos, no precisamente desconcertados por que Bellamy llegara y nos sacara de nuestra zona de comodidad, sino preocupados debido a que había estado repasando el plan una y otra vez por el último par de semanas y nosotros lo hubiéramos olvidado por completo. Cuando el recuerdo de todo lo que se había repasado volvió a golpearme igualmente regresó a mi memoria exactamente todo lo que pensaba de un proyecto tan peligroso como en el que estábamos a punto de meternos.

—¿De verdad irás a territorio de Azgeda? —pregunté de pronto, evidentemente preocupada—. ¿Estás seguro de que los insensatos somos nosotros?

Él se encogió de hombros sonriendo levemente de lado.

A veces en verdad me preocupaba las cosas que hacía para cumplir con sus objetivos.

—Estoy bastante seguro de podrían hacer caso si las órdenes vienen de su próxima Comandante.

Ladeé mi cabeza y entrecerré mis ojos mientras una leve sonrisa socarrona se asomaba entre mis facciones, preguntándome si lo decía en serio.